Juegue donde juegue, Boca siempre convoca. Y ni hablar si son destinos no muy habituales para el Xeneize. Y eso es justamente lo que permite la Copa Argentina: darle la posibilidad a hinchas de todo el país de disfrutar de cerca al equipo de sus amores. Sin embargo, más allá de que las imágenes de la locura por Boca suele repetirse cada vez que el equipo sale de CABA, lo que ocurrió este martes en La Rioja fue una verdadera revolución.
Es que ya desde temprano, porque la llegada del vuelo antes de su reprogramación por la niebla estaba prevista para las primeras horas de la tarde, miles de personas comenzaron a ocupar su lugar en la ruta por donde sabían que debía pasar el micro que llevaba al plantel del aeropuerto al hotel.
Otros tantos, directamente hicieron base en la puerta del Hotel Naindo, el lugar elegido para el descanso en la previa del partido frente a Ferro, de este miércoles a las 16.
Así, cuando por fin Boca aterrizó, las calles ya eran una locura. Una caravana comenzó a seguir al micro, que prácticamente avanzaba a paso de hombre por la cantidad de gente que había a los costados del camino. Y cuando por fin llegaron al hotel, los jugadores quisieron devolverle a su gente algo del cariño recibido a lo largo de todo el recorrido y salieron a los balcones para saludar a los hinchas.
Tanta fue la revolución, que la mayoría de los futbolistas sacaron su celular en algún tramo del camino, capturaron algo de toda esa locura y la compartieron en sus redes sociales.
El Boca de los extremos va por más contra Ferro
Boca es el campeón del fútbol argentino. Es, a su vez, el campeón de la Copa Argentina. Y como si fuera poco, está clasificado a octavos de la Copa Libertadores, como uno de los ocho primeros. Arrastra, a su vez, un invicto de nueve partidos.
A sus arqueros, en esa cantidad de juegos, apenas le metieron dos goles. Y el equipo en general, después de tiempos inestables y tormentosos, de dudas y de incertidumbre, parece gozar de buena salud futbolística. Pero…
Siempre hay un pero en la vida de Boca. Y nunca, por lo general, todo lo bien que puede estar significa que sea en paz. Ahora, justo después de un debut alentador en el torneo local, justo cuando llegaba con los titulares descansados para ensayar una nueva defensa del campeonato más federal del país, tiene que atravesar un nuevo cimbronazo interno, en este caso por las sanciones de Darío Benedetto y de Marcos Rojo, dos de sus figuras.
Como fuere, así llega el equipo de Battaglia a un nuevo mata a mata, esta vez ante Ferro, en La Rioja, acaso con la necesidad de rendir un examen extra: demostrar que nada pasó.
La sanción a dos de los referentes del equipo metió un sacudón en el medio de la calma y si hizo ruido, fue por lo inesperado: justamente porque se trata de un acto de indisciplina de dos hombres de experiencia, líderes del grupo, encargados de marcar el camino.
Llegada del plantel de Boca Juniors a La Rioja. Foto: Javier Garcia Martino.
Pero el faltazo que tuvieron al entrenamiento el domingo por la mañana, el mismo día del partido con Arsenal (era para los 11 jugadores no citados a ese juego), motivó que Battaglia tuviera que castigarlos con la misma regla que utilizó para Campuzano (llegó tarde al primer día de práctica post descanso y se quedó afuera de Arsenal), aunque con el plus que significaba borrar a dos pesados.
Pues bien, quedará entonces por saber cómo Boca va a sobrellevar en la cancha esta nueva polémica interna, además de la baja de dos jugadores claves para su juego.
Los hinchas de Boca en el hotel Naindo, esperando al plantel.
Con otra cara
A favor de la circunstancia, o mejor dicho, su atenuante, está en todo lo mencionado en la introducción: Boca hoy es capaz de soportar sus pequeños grandes problemas de otra manera, porque no está asfixiado por lo futbolístico, porque no está en riesgo su conducción, porque vive con más oxígeno que hidrógeno. Y porque la sanción de Battaglia a dos de sus líderes también marca una nueva era.
Primero, la de un DT más fortalecido, con más autoridad, más decidido a plantarse contra todos, con otra espalda por los logros conseguidos. Y después, la de un plantel marcado por nuevas reglas de convivencias, que buscarán con este tipo de medidas ejemplares que el club empiece a provocar menos noticias por la falta de conducta o de cuidado profesional.
Los hinchas de Boca en el hotel Naindo, esperando al plantel.
Las cuentas claras conservan o protegen las relaciones. Vale para la vida como para el fútbol…
Si el revuelo de la noticia no fue mayor, más allá de los mensajes indirectos de Agustín Almendra (uno de los primeros castigados por el DT, ver página 6) contra Darío Benedetto, el que lo retó por su inconducta anterior y hoy quedó expuesto por su propia falta, es porque justamente los protagonistas de la sanción se llamaron a silencio. No hubo alboroto interno, más allá de la sorpresa en la decisión del DT.
Y si hubo alguna queja, no fue exteriorizada. Se sabe que tanto al defensor como al delantero no les gustó que el León los pusiera en la práctica de fútbol del lunes y luego los sacara de la lista del viaje, pero tampoco tenían derecho al pataleo.
Llegada del plantel de Boca Juniors a la ciudad de La Rioja. Foto: Javier Garcia Martino – Photogamma
Por otra parte, Battaglia también supo amortiguar el impacto mediático de una decisión que tenía clara desde que dos de sus principales jugadores se ausentaron de la práctica. Dejó pasar el día, para que la noticia no estuviese en todos los canales y portales desde temprano, le comunicó su medida irrevocable al Consejo de Román y luego procedió a bajarlos del avión.
Así, la onda expansiva no tuvo mucho terreno para recorrer: explotó tarde y ya estaba masticada por los propios involucrados.
Es cierto, quedará la duda de qué hubiera pasado si Boca, en lugar de enfrentar a Arsenal, se encontraba con estas inconductas y con este escenario de castigo en la previa al choque contra Corinthians, por los octavos de la Copa Libertadores, y no ante Ferro, por la Copa Argentina, ¿Hubiera actuado igual el entrenador con dos figuras tan importantes para el funcionamiento de su equipo justo antes de afrontar la madre de todas las batallas?
Quizás, este escenario preliminar, ayude a prevenir escándalos de este tipo en situaciones todavía más decisivas, o con más en juego.
Lo concreto es que DT, el día después, también tomó decisiones lógicas: reemplazó a Rojo y Benedetto con opciones naturales, como Nicolás Figal y Luis Vázquez, ambos titulares contra Arsenal en el debut.
Y luego, apostó por lo mejor que tiene, por el equipo más titular posible, teniendo en cuenta las otras ausencias, la de Luis Advíncula y la de Oscar Romero por estar con sus respectivas selecciones. Por eso, a pesar de todo, el campeón saldrá a la cancha con una versión clase A. Y con el matafuego en la mano. En definitiva, si a algo se acostumbró este equipo, también, es a saber apagar incendios…