El Frente de Todos cerró filas detrás de la vicepresidenta Cristina Fernández luego del pedido de condena del fiscal Diego Luciani en el juicio por la obra pública en Santa Cruz. Luego de que el representante del Ministerio Público Fiscal pidiera 12 años de prisión y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, todo el oficialismo se alineó detrás de dos consignas: “persecución judicial” e “intento de proscripción”.
Se sumó todo el Gobierno, primero con un comunicado, y luego con expresiones públicas de representantes de todos los sectores de la coalición: el albertismo, el kirchnerismo, los gremios y hasta el ministro de Economía, Sergio Massa, del Frente Renovador, que, desde su asunción, había intentado mantenerse al margen de la discusión. La ex presidenta también los comprometió. “Esto no es un juicio a Cristina Kirchner, es un juicio al peronismo”, afirmó.
“Estuvo espléndida”, afirmó ayer el presidente Alberto Fernández, luego del extenso descargo que realizó la titular del Senado. En su afán por sostener el equilibrio que se consiguió a partir de los cambios en Economía, el presidente se corrió del centro de la escena y apuntaló el discurso de su vice.
El avance de Vialidad parece, entonces, haber logrado eso que tantos dolores de cabeza le trajo al Frente de Todos: encolumnar a todo el oficialismo detrás de una causa común, en este caso, defender a su principal dirigente.
Dicho giro, a su vez, se trasladó a la calle. Es que luego de meses de movilizaciones dominadas por los movimientos sociales y las organizaciones de izquierda, el kirchnerismo y La Cámpora volvieron al centro de la escena con manifestaciones -menores, por ahora- a favor de Cristina Fernández, como la que tuvo lugar en Juncal y Uruguay luego de que se conociera la petición de Luciani, y anuncian una ola de manifestaciones si el Frente de Todos así lo solicita.