Venezuela: a las puertas de una crisis impredecible

Luego del triunfo de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales, no reconocido por la oposición mayoritaria, crece la tensión en Venezuela y el riesgo de una nueva crisis es cada vez más palpable. Ayer, desde la mañana, se llevaron a cabo manifestaciones, cacerolazos y marchas en distintos puntos del país, y se teme un recrudecimiento de la violencia en los próximos días. Desde el oficialismo, el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, convocó “al pueblo de Venezuela a grandes marchas desde este martes para celebrar la victoria y defender la paz de la República”.

Después de que el CNE (Consejo Nacional Electoral) comunicara el triunfo de Maduro en la medianoche del domingo, la oposición ya había salido a denunciar un fraude. El candidato Edmundo González Urrutia y su mentora, María Corina Machado, alegaron que las cifras dadas por el ente electoral habían sido falseadas. Las tensiones aumentaron cuando, con el paso de las horas, las actas oficiales no aparecían en la página web del organismo (que además, estuvo caída durante gran parte del día). Estos documentos no fueron aún publicados. Según la ley, “el CNE ordenará la publicación de los resultados de los procesos electorales en la Gaceta Electoral de la República Bolivariana de Venezuela, dentro de los treinta días siguientes a la proclamación de los candidatos y candidatas electos”.

En las filas del oficialismo, el ambiente oscila entre la alegría por el triunfo electoral y la denuncia por las acciones de la oposición, a la que acusan de no aceptar la derrota e intentar desestabilizar el gobierno. Al mediodía, Maduro acudió al edificio del CNE donde fue proclamado como presidente para el período 2025-2031 por la máxima autoridad del organismo, Elvis Amoroso. “Están tratando de imponer en Venezuela un golpe de Estado nuevamente, de carácter fascista y contrarrevolucionario”, aseveró en su discurso.

Luego, cerca de las nueve de la noche, el actual mandatario dio otro mensaje en televisión. Sentado en una mesa junto a Diosdado Cabello, otra de las figuras más importantes del chavismo, y Remigio Ceballos, ministro de su gobierno, Maduro mostró varios videos de incidentes registrados en centros del CNE y en sedes de acopio de alimentos en varios puntos del país. Según dijo, se trataba de “grupos delincuenciales” pagados por la oposición para generar disturbios. “Por encima, ponen a una mujer con su sonrisita y a un viejito que casi no puede caminar”, se refirió a Machado y González Urrutia. “Pero por debajo hay un plan para asaltar el poder de Venezuela, y detrás de ese plan están los gringos”, completó.

El domingo por la noche, en su acto en el Palacio Miraflores tras conocerse los resultados, el electo presidente había denunciado “un hackeo informático masivo” al sistema electoral venezolano “para lo que ya estaba cantado: el grito de fraude”. “Esta película ya la he visto varias veces, es la película de la extrema derecha”, afirmó en ese momento.

La máxima autoridad del CNE amplió ayer esa denuncia. Dijo que el intento de hackeo fue desde Macedonia del Norte y que ocurrió durante la contabilización de datos y transmisión de actas electorales. El Fiscal General de la República, Tarek William Saab, dio una conferencia al mediodía, en la que avisó que se publicarán todas las actas. Además, informó de la denuncia por 60 incidencias durante el proceso electoral y 32 casos de destrucción de material, algo que luego volvió a remarcar el presidente.

Por el lado de la oposición, Edmundo González Urrutia y María Corina Machado ofrecieron una conferencia de prensa en la que reafirmaron la denuncia de fraude y avisaron que habían conseguido las supuestas actas no publicadas. “Tenemos el 73.25% de actas propias escrutadas y podemos decir que contamos 6.275.182 votos para Edmundo y 2.259.275 para Maduro”, dijo la ex diputada. “Nuestro presidente electo es él”, sentenció sonriente de cara a una tribuna enfervorecida que la aplaudía en cada intervención.

La referente antichavista, inhabilitada para ejercer cargos públicos, afirmó que publicarán esas actas conseguidas por sus fiscales en una página web para que todo el país pueda chequearlas (al cierre de esta edición, la página todavía no existía). Machado también se refirió a las manifestaciones contra Maduro como “expresiones legítimas” y convocó a sus seguidores a reunirse en asambleas el martes a las 11 de la mañana, para tomar decisiones respecto al curso a seguir. Según luego anunció en redes, ella estará en Los Palos Grandes, una zona acomodada de Caracas. González Urrutia, por su parte, dijo que era “fundamental que las autoridades respeten la voluntad expresada en las urnas”. Y además, agregó: “Entiendo su indignación pero nuestra respuesta democrática tiene que ser con calma y firmeza”.

A lo largo del día, se registraron varios disturbios y hechos de violencia en distintos puntos del país. Algunos vehículos policiales fueron quemados y hubo también bloqueos de rutas (incluso la que iba al Aeropuerto Internacional de Maiquetía). Por la noche, de todas formas, los incidentes comenzaron a mermar, aunque el clima se percibía aún muy tenso. En redes sociales, muchos usuarios subieron videos de episodios violentos. Muchos de ellos, de todas formas, resultaron ser filmaciones antiguas. Las calles lindantes a Miraflores permanecen bloqueadas por varias camionetas blindadas.

En el ámbito internacional, también hubo muchas reacciones a la victoria electoral de Maduro. Los jefes de Estado de América Latina y el Caribe que legitimaron el escrutinio y felicitaron al actual presidente fueron Miguel Díaz-Canel (Cuba), Daniel Ortega (Nicaragua), Xiomara Castro (Honduras) y Luis Arce (Bolivia). También expresaron su apoyo los gobiernos de Rusia, China e Irán, aliados importantísimos del gobierno.

La Cancillería Argentina, por su parte, confirmó que desconoce el resultado del escrutinio, a la vez que firmó un comunicado conjunto con los gobiernos de Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Paraguay en el que se reclama la revisión de resultados “con la presencia de observadores electorales independientes”. Aunque no firmó este documento, el presidente de Uruguay Luis Lacalle Pou expresó que “no se puede reconocer un triunfo si no se confía en la forma y los mecanismos utilizados para llegar a él”. También el mandatario chileno, Gabriel Boric, expresó la posición que tomará su país hasta no tener conocimiento de las actas: “nos vamos a abstener de hacer un reconocimiento a lo que ha señalado el CNE”.

Frente a la posición taxativa del no reconocimiento, otros mandatarios eligieron en cambio una postura matizada. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, expresó: “hay que esperar a que esté el 100% (escrutado)”. Y agregó: “Si la autoridad electoral confirma esta tendencia, vamos a reconocer al gobierno electo por el pueblo de Venezuela”. El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares publicó en su perfil de X: “La voluntad democrática del pueblo de Venezuela debe ser respetada con la presentación de las actas de todas las mesas electorales para garantizar resultados plenamente verificables”. Por su parte, el canciller de Colombia Luis Gilberto Murillo también eligió la cautela: “Es importante despejar cualquier duda sobre los resultados”.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, por su parte expresó en un comunicado: “Tenemos serias preocupaciones de que el resultado anunciado no refleje la voluntad o los votos del pueblo venezolano. Es fundamental que cada voto se cuenta de manera justa y transparente, que los funcionarios electorales compartan inmediatamente la información con la oposición y los observadores independientes sin demora”.

En ese sentido, el Centro Carter, que tuvo varios veedores en las elecciones, también publicó un documento. En el texto, dice: “La información contenida en los formularios de resultados de los colegios electorales transmitidos al CNE es fundamental para nuestra evaluación e importante para todos los venezolanos”. También declaró Celso Amorim, asesor especial para asuntos internacionales de la Presidencia de la República de Brasil y hombre de la máxima confianza de Lula, quien participó como observador. “No soy de los que reconoce todo lo que se dice, pero tampoco voy a decir que fue un fraude. Es una situación compleja y queremos un régimen democrático para Venezuela de manera pacífica”, manifestó.