Amén de aprovecharse de sus largos cuellos para obtener comida de los árboles, sabemos que las jirafas también los utilizan para golpear a sus oponentes y establecer su dominancia. Ahora, un grupo de investigadores ha descubierto un antepasado de las jirafas que tenía una anatomía muy similar y que tenía un cráneo reforzado que utilizaba para pelear. Este descubrimiento podría reforzar la teoría de que el largo cuello de las jirafas tiene un origen sexual.
El animal ha sido bautizado como Discokeryx xiezhi y vivió en el Mioceno, hace unos 16,9 millones de años. Los fósiles de este pariente de la jirafa (o jirafoide) fueron descubiertos en el norte de China y desde un primer momento los investigadores se fijaron en la estructura única de los huesos del cuello y de la cabeza, lo que indica que este animal era capaz de resistir y proyectar mucha fuerza con el cráneo. El análisis anatómico del D. xiezhi y sus implicaciones sobre la evolución de los jirafas se publica ahora en la revista Science.
En el artículo, el equipo de investigación describe cómo eran el casco y las articulaciones del cuello de este jirafoide. Según los investigadores, este animal pastaba en zonas abiertas, presumiblemente del follaje que se encontraba cerca del suelo, al contrario que hacen las jirafas modernas.
Aunque los cuellos de las jirafas son el rasgo más distintivo de estos animales, el casco de estos jirafoides resulta extraño en todos los ámbitos. Por un lado, los osiconos de estos animales (esas estructuras óseas similares a unos cuernos que tienen en la cabeza) evolucionaron hasta convertirse en astas en algunos jirafoides extintos, mientras que otras especies desarrollaron en sus cráneos unas cejas gruesas en forma de visera. La particularidad de la cabeza del Discokeryx xiezhi era esta especie de casco.
En este nuevo artículo, el equipo informa que el D. xiezhi tenía más gruesas las vértebras y la tapa del cráneo, algo que permitía a estos animales asestar terribles cabezazos. El equipo comparó su capacidad para soltar cabezazos con la de tres especies existentes expertas en esa materia (el buey almizclero, la oveja Argali y la oveja azul) y descubrieron que el cráneo de D. xiezhi absorbía más energía de la presión y protegía mejor las partes del cerebro que los cráneos de las especies modernas.
Las jirafas modernas son animales sociales, con estructuras sociales cohesionadas, de forma similar a lo que le ocurre a otras especies inteligentes como las orcas o los elefantes. Pero eso no impide que estos mamíferos de cinco metros y medio de altura tengan sus disputas, ya sea para establecer su jerarquía o para competir por una pareja. Según la Fundación para la Conservación de las Jirafas, se ha observado que tanto los toros como las vacas y las jirafas se dan golpes con los cuellos, y otras especies similares a las jirafas, como los enigmáticos okapis, también muestran comportamientos agresivos similares.
“El hecho de que el okapi, el pariente más cercano de la jirafa, use su cabeza para dar cabezazos, me dice que el comportamientos de dar cabezazos y de dar golpes con el cuello no son diferentes en fundamento; si se usa uno u otro es por la longitud del cuello”, dijo Douglas Cavener, biólogo y genetista de la Universidad de Penn State, quien no participaba en el nuevo artículo. “El descubrimiento del Discokeryx, con su desarrollado casco, añade un excelente ejemplo de la predilección de los jirafoides para desarrollar elaborados cascos, algo que utilizaban para competir con otros machos”.
En El origen de las especies, Charles Darwin utilizó el cuello de la jirafa como ejemplo de selección natural; el animal se adaptó a su entorno, desarrollando un cuello más largo para alcanzar las hojas de los árboles que otras especies no podían. Pero la cabeza y el casco del D. xiezhi añade credibilidad a la hipótesis de que los cuellos alargados de la jirafa moderna evolucionaron con fines sexuales y no para alcanzar el follaje como se creía.
“Si bien creo que este documento respalda la hipótesis de que el cuello de las jirafas evolucionó por temas de índole sexual, no creo que esta sea la última palabra al respecto”, dijo Cavener.
En cierto modo, es la pregunta del huevo o la gallina. Sea cuál sea el motivo de estos dos que provocó primero que las jirafas alargasen su cuello, está claro que el restante también se benefició de este aspecto.