Estudiantes arrancó con todo en el Grupo C: aplastó a Vélez con gritos de Mas, Rogel, Del Prete y Zapiola. Y sacó a relucir toda su mística copera.
l Pincha y Vélez ofrecieron un partido de primer nivel, con un ritmo apabullante, de esos que no dan respiro y que no le permiten a nadie levantarse de la butaca para ir al baño. Porque el desarrollo fue atrapante. Y a cada minuto imperaba la sensación de que algo importante podía llegar a pasar. Se trató, en definitiva, de un choque cambiante en el que las emociones bailaron al compás de los goles y las situaciones claras permanentes.
Estudiantes supo construir una fortaleza en su estadio: allí ganó seis de los siete partidos que disputó en lo que va del año entre la Libertadores y la Copa de la Liga. El conjunto de Ricardo Zielinski está preparado para sacar provecho de los errores del adversario de turno. Y el aprovechamiento integral de la pelota parada a su favor es total.