Europa amplía su respuesta a la invasión rusa de Ucrania, con Suecia uniéndose a Finlandia en su solicitiud de ingreso a la Otán. Las dos naciones nórdicas dejaron de lado décadas de neutralidad para hacer frente a la amenaza que implica la Rusia de Vladimir Putin. Las solicitudes de ingreso tendrán un tratamiento rápido, anticiparon socios clave de la Otán como Alemania y EEUU. Pero Turquía insiste en imponer su veto, no por solidaridad con Rusia sino por cuentas pendientes con Suecia y Finlandia.
La primera ministra sueca, la socialdemócrata Magdalena Andersson, anunció tras una reunión extraordinaria de su gobierno y un debate parlamentario que Suecia pedirá formalmente el ingreso en la Otán. “El gobierno sueco ha decidido que Suecia debe ingresar en la Otán”, dijo Andersson sobre una decisión que cuenta con el respaldo de las principales fuerzas políticas suecas y que justificó por la agresión rusa a Ucrania. Pero antes de la invasión rusa de Ucrania, Suecia ya había tenidos varios episodios de roces y amenazas con Rusia en el mar Báltico. Un submarino ruso hizo una incursión en la bahía de Estocolmo en octubre de 2014, y poco después Rusia realizó una masiva demostración aérea que la fuerza aérea sueca no pudo contrarrestar. Analistas dijeron que el ejercicio aéreo ruso se basaba en la hipótesis de un ataque nuclear contra Suecia. Este año, ante la invasión de Ucrania, Suecia reforzó su dotación militar en la isla de Gotland, en el corazón del Báltico. Se cree que la isla sería invadida por los rusos en casos de guerra por su alto valor estratégico.
Por todo esto, la decisión de Estocolmo era esperada. El domingo Andersson comunicó el apoyo de su partido socialdemócrata, que encabeza un gobierno en solitario en minoría, al ingreso. “Lo mejor para la seguridad de Suecia y de los suecos es entrar en la Otán y hacerlo junto con Finlandia”, dijo la primera ministra.
El embajador de Suecia en Bruselas presentará la solicitud de ingreso ante la sede de la Otán en la capital belga “dentro de poco”, al mismo tiempo que lo haga Finlandia, explicó Andersson. La primera ministra sueca se remitió a las conclusiones del análisis sobre la nueva situación de seguridad consensuadas por la mayoría de partidos suecos para resaltar que el ingreso en la Otán tendrá un efecto disuasorio en el norte de Europa sobre Rusia, mejoraría la seguridad y reduciría los riesgos, además de apuntar a que no hay otra opción “realista”. “Por desgracia no tenemos ningún motivo para creer que Rusia vaya a cambiar en un futuro previsible”, dijo la premier sueca.
“Suecia va a encontrarse en una situación de vulnerabilidad durante el tiempo que se tramite nuestra solicitud”, alertó Andersson. Suecia anunció su intención de ingresar en la Otán junto con su vecina Finlandia. Son cambios históricos para los dos países nórdicos que durante generaciones se han posicionado como “no alineados’’, aunque durante la Guerra Fría estuvieron del lado occidental, pero sin ser miembros de la Otán. Rusia invadió Finlandia en 1940, en la “Guerra de Invierno”, que perdió. Y durante toda la 2a. Guerra Mundial Suecia mantuvo una neutralidad muy cuestionada por los Aliados, dado que Estocolmo permitía que el ejército nazi atravesara su territorio. Además, le vendía hierro y acero al régimen nazi.
El presidente ruso Vladimir Putin, dijo que Rusia no considera que la adhesión de Finlandia y de Suecia a la Otán amenace a Rusia, pero que Moscú va a reaccionar si hay un despliegue de infraestructura militar. Es un notorio cambio de tono del jefe del Kremlin. La entrada de Suecia y Finlandia en la Otan no representa “una amenaza directa” para Rusia, apuntó Putin en una reunión televisada de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, un organismo multinacional que lidera Rusia. “Pero la expansión de infraestructura militar hacia estos territorios por supuesto va a generar una reacción como respuesta”, advirtió. “Esto es un problema que se crea completamente artificialmente porque se hace en interés de Estados Unidos”, aseguró Putin que agregó que la Otán se convirtió “en el instrumento de política exterior un solo país”. Más allá de estas palabras, lo decisivo es que Putin ahora no veta de partida el ingreso de Suecia y Finlandia a la Otán, opción que hace pocas semanas e incluso días su régimen rechazaba en tono amenazante. Incluso el pasado 14 de abril Moscú amenazó desplegar armas nucleares si se concretaba la solicitud escandinava.
El secretario general de la Otán, Jens Stoltenberg, declaró que el proceso de adhesión tanto de Finlandia como de Suecia podría ser muy rápido, aunque Turquía, miembro de la organización, se muestra contraria. El presidente turco Recep Tayyip Erdogan confirmó la oposición de Turquía al ingreso de Suecia y Finlandia, y las acusó de nuevo de no adoptar una postura clara contra el “terrorismo”, como caracteriza a los grupos kurdos, muchos de cuyos exiliados se refugian en Suecia. “No diremos «sí» a quienes aplican sanciones a Turquía para entrar en la Otán”, expresó Erdogan.
La guerra continúa
Sobre el terreno, Rusia sufrió más reveses en su ofensiva en el este ucraniano, donde los defensores ucranianos luchan contra los intentos de avance e incluso consiguieron hacer retroceder las líneas del frente en algunas zonas. En los últimos días, las fuerzas de Moscú se vieron obligados a retirarse de los alrededores de la ciudad nororiental de Jarkov. El presidente ucraniano Volodimir Zelensky agradeció a las tropas, luego de que avanzaron hasta la frontera rusa en la región de Jarkov, la segunda ciudad de Ucrania y un estratégico centro industrial. “Estoy muy agradecido con ustedes, en nombre de todos los ucranianos, en mi nombre y en el de mi familia’’, declaró en un video. “Estoy muy agradecido con todos los luchadores como ustedes’’.
Los guardias fronterizos ucranianos dijeron que frustraron un intento ruso de enviar tropas de sabotaje y reconocimiento a la región de Sumy, a unos 146 kilómetros al noroeste de Jarkov. Los rusos debieron retirarse de Sumy, la que habían tomado al inicio de su ofensiva, en febrero.