El crimen de Daniel Barrientos, chofer de colectivos de Virrey del Pino, desató la bronca de los trabajadores colectiveros, que pararon toda la actividad de la Zona Oeste del Gran Buenos Aires (GBA) y cortaron la General Paz durante la tarde de este lunes. Allí, los trabajadores golpearon al ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, quien quiso acercarse al lugar y recibió piñas, piedrazos y palazos. El ministro fue retirado a la fuerza por agentes de la Policía de la Ciudad, que a su vez reprimieron a los manifestantes.
Por la tarde, el gobernador Axel Kicillof se reunió con Berni, representantes de la UTA y el ministro de Transporte bonaerense, Jorge D’Onofrio, quien anunció una “comisión de seguimiento” para que las empresas instalen cámaras de seguridad en las unidades. A la noche, Berni consideró que la policía porteña lo había “detenido” porque él no quería irse del lugar, explicó que el accionar de esa fuerza desencadenó todo el desborde y contó que su par porteño no se comunicó con él después del episodio: “(Eugenio) Burzaco no me llamó y si me llama lo puteo”, dijo por televisión.
Daniel Barrientos tenía 65 años y estaba a punto de jubilarse. En la madrugada del lunes se subió por última vez a la unidad 87 de la Línea 620 que manejaba en el Partido de La Matanza. En el cruce de las calles Cullen y Bernardino Escribano, en el barrio Vernazza de Virrey del Pino, cerca de las 4.30, dos personas subieron armadas. En el colectivo viajaba una mujer con su hija y otro hombre, agente de la Policía de la Ciudad que no estaba en funciones. La primera versión difundida por fuentes judiciales indicaba que Barrientos había muerto tras recibir un balazo en el pecho al quedar en medio de un tiroteo entre el policía de civil y las dos personas armadas.
Después, Berni contradijo esta versión. “Fue un asesinato a sangre fría, sin ningún motivo, y el policía respondió a los disparos recién ahí”, aseguró en rueda de prensa por la tarde del lunes. Según esa versión, el tiroteo se habría dado debajo del colectivo, cuando los hombres armados intentaron huir tras balear al chofer e intentar robarle el bolso a la mujer. En un video captado por cámaras de seguridad de la cuadra se puede ver el momento en que las dos personas suben al colectivo y luego descienden. En total, la secuencia dura poco más de diez segundos. En el lugar se secuestró una pistola Beretta Calibre 40.
En horas del mediodía, la Policía Bonaerense detuvo a un sospechoso del crimen y hay dos prófugos: la otra persona que subió al colectivo y otro hombre que los habría esperado en un auto. El policía porteño, en tanto, declaraba por la tarde en calidad de testigo. Entre el testimonio de la mujer que viajaba en el colectivo y los peritajes balísticos, el fiscal Gastón Duplaá deberá determinar cómo se produjo el hecho y en qué instancia se inició el tiroteo. En declaraciones televisivas, Andrea, la esposa de Barrientos, pidió justicia y aseguró que “me arrancaron la mitad de la vida“. “Para mí era todo, me sacaron las ganas de vivir”, dijo.
A raíz del crimen, los choferes agrupados en la Unión Tranviarios Automotor (UTA) comenzaron un paro desde las 7.30 del lunes. La medida de fuerza se extendió a las más de 50 líneas que operan diariamente en oeste del conurbano. “La muerte de nuestro compañero se suma a una cantidad de episodios de inseguridad que vienen afectando a los choferes”, advirtió el gremio, en el que agregó que “la UTA dice basta y anticipa que las medidas se van profundizar en tanto las autoridades no garanticen las condiciones mínimas de seguridad en el trabajo de todo nuestro sector”. Desde las 12, en tanto, los trabajadores de la empresa DOTA se sumaron al reclamo con un “cese de actividades“.
El paro tuvo una fuerte adhesión, al punto de que llegaron a suspenderse las clases en diversos colegios de la zona. Los compañeros de Barrientos de La Matanza, en tanto, cortaron la General Paz a la altura de la avenida Juan Manuel de Rosas, en el límite entre Lomas del Mirador y Mataderos. “Soy un trabajador, compañero de toda la vida de él, se jubilaba en un mes y a mí me faltaban cuatro meses, entramos todos juntos a la empresa”, dijo allí Jorge, compañero de Barrientos de la 620. “¿A vos te parece que le hagan esto? No se lo merece nadie de los que estamos acá porque somos todos laburadores. Tenemos que seguir laburando y salimos con miedo, yo me subo al colectivo y no sé si voy a volver a mi casa”, agregó.
Sergio Berni llegó a General Paz y Juan Manuel de Rosas cerca de las 11.30. Quiso reunirse con los choferes, pero no llegó ni a acercarse. Cuando caminaba por la colectora con el ministro de Transporte, Jorge D’Onofrio, un grupo de manifestantes avanzó hacia ellos y comenzó a insultarlo. “Mentiroso“, era el grito que más se escuchaba. Le siguieron piedrazos que volaron por los aires y arrinconaron a Berni contra el muro de la autopista. Un chofer le asestó una trompada que le cortó el pómulo derecho. El ministro también recibió palazos con trozos de madera y finalmente fue retirado del lugar por agentes de la Policía de la Ciudad para ser trasladado al Hospital Churruca.
Al mismo tiempo, la Infantería porteña avanzaba contra otro sector de manifestantes. Hubo gases y palazos. Las cámaras captaron el momento en que un agente le pegaba con su escudo a un manifestante que sólo dialogaba con otros policías. Según pudo recabar este diario, fueron tres los manifestantes que resultaron heridos.
Tras ser atendido en el Churruca, Berni criticó el accionar de la Infantería porteña al afirmar que, si bien “cumplió con el protocolo”, avanzó sobre los manifestantes cuando “lo teníamos prácticamente resuelto y nos estábamos poniendo de acuerdo sobre dónde nos íbamos a reunir”. De hecho, en los videos se oye al coordinador del operativo de la Policía de la Ciudad gritar “sacalo, sacalo”, mientras Berni se resistía a ser llevado por la fuerza de seguridad porteña. “No me quiero ir”, insistía el ministro, protegido con un casco, antes de ser retirado en un auto de civil.
Pasadas las 14, casi al unísono, diversos representantes de la oposición salieron a “condenar” el crimen y aprovecharon para apuntar contra el Gobierno provincial: “Esto sucede cuando, en vez de luchar de frente contra el crimen, se participa de un gobierno que avala la delincuencia”, tuiteó Patricia Bullrich, que igual publicó un esbozo de “solidaridad” con Berni: “No admito la violencia contra la autoridad“, escribió la exministra. Horacio Rodríguez Larreta, en tanto, dijo que “estamos en contra de toda violencia” y agregó que “nos merecemos vivir en paz“. El jefe de Gobierno agradeció a los “ocho policías heridos” pero nada escribió sobre el accionar de la fuerza porteña ni del ataque directo del agente que golpeó con su escudo a un manifestante.
En rueda de prensa, Berni informó que tiene “cortes y el malar fracturado”. También aseguró que no va a denunciar el ataque y afirmó que ese tipo de hechos”a los que estamos todos los días en la calle no nos asusta”. “No le escapo a los problemas porque tengo la responsabilidad de dejar la vida en la calle”, enfatizó. En el corte de General Paz, los choferes recordaban otros casos: los colectiveros Leandro Alcaraz y Pablo Flores fueron asesinados en 2018 y 2020 respectivamente, mientras trabajaban. Hace unas semanas, en tanto, un chofer de la 622 fue asaltado y baleado en un brazo también en Virrey del Pino.
A la tarde, tras la reunión en La Plata que se centró en la colocación de cámaras en los colectivos, fue ratificado el paro hasta las 24, pero quedó descartada la posibilidad de una huelga nacional de transporte.