El operativo subterráneo de Horacio Rodríguez Larreta para acelerar las manifestaciones de apoyo a su candidatura presidencial con miras a las primarias de 2023 hizo recrudecer las tensiones en Pro, en momentos en que los referentes nacionales de Juntos por el Cambio intentan disimular las fricciones internas por el armado electoral debido a la crisis política y económica que atraviesa la Casa Rosada. Mientras aguarda que Mauricio Macri defina si jugará o no en las próximas elecciones, el jefe de gobierno porteño no solo activó un plan para seducir nuevos aliados -incluso “halcones”- en la provincia y el interior del país para la competencia interna con Patricia Bullrich, sino que también exige demostraciones de fidelidad a los dirigentes con los que ya selló acuerdos y ocupan cargos en la Ciudad.
Durante las últimas horas, el exjefe de bloque de diputados de Pro Nicolás Massot, quien integra los equipos que trabajan en la campaña presidencial de Bullrich, decidió presentar su renuncia como director del Banco Ciudad tras una reunión con Edgardo Cenzón, uno de los armadores de Larreta, quien le sugirió que su continuidad en ese cargo era incompatible con su apuesta por el proyecto político de la exministra de Seguridad. Massot había llegado a esa silla en diciembre de 2019 tras un acuerdo entre Emilio Monzó, su mentor, y Larreta. En ese momento, el extitular de la Cámara de Diputados apalancaba la figura del jefe porteño como posible recambio de Macri a nivel nacional tras la frustrada experiencia de Cambiemos.
La presión sobre Massot para que deje su cargo en el Banco Ciudad sorprendió al sector de Monzó y provocó un fuerte malestar en las filas del bullrichismo. “Es una actitud desesperada y una demostración de debilidad. ¿El gobierno de la Ciudad pertenece a una línea interna de Pro?”, braman en la tropa de Bullrich. Desde hace meses, los “halcones” acusan a Larreta de ofrecer contratos de la Ciudad para atar a potenciales socios. “Esto no puede ser verdad”, comentó el domingo el exsenador Federico Pinedo en su cuenta de Twitter al enterarse de la salida de Massot.
En el larretismo reconocen que se estancaron las tratativas para sumar a Monzó, quien prefiere mantenerse neutral en la interna de Pro y posicionarse como “un articulador” de Juntos por el Cambio para incorporar al conglomerado opositor a peronistas como Juan Schiarretti, Florencio Randazzo o Graciela Camaño, y a Pablo Javkin, entre otros.
“En política hablar con todos es un valor, pero llega un momento en que tenés que decir dónde estás parado”, apunta uno de los estrategas del larretismo. En el entorno del jefe porteño consideran que la neutralidad de Monzó es un activo para las aspiraciones políticas del diputado -anhela competir por la sucesión de Axel Kicillof en los comicios del año próximo y se acerca al radicalismo-, pero no para el proyecto nacional de Larreta. Además, consideran que sería improbable cerrar un acuerdo con Schiarretti o Camaño antes de las elecciones.
Durante el fin de semana, Larreta se comunicó con Monzó y quedaron en verse. La reunión se concretó ayer a la tarde. Fue una charla breve y “cordial” en la que intercambiaron opiniones sobre la situación del país y hablaron del caso de Massot. Quedaron en volver a encontrarse en unas semanas. “Es una formalidad para sostener el vínculo, que es muy bueno, pero Horacio generó una tensión innecesaria”, dicen cerca del expresidente de la Cámara baja.
En la sede porteña de Uspallata argumentan que Massot no podía continuar en el Banco Ciudad porque ya había definido “jugar” con Bullrich en Buenos Aires. “Había que ordenarlo. No es una figura política de la ciudad y decidió jugar en otra liga”, enfatiza uno de los colaboradores de Larreta. En el sector de Monzó repiten que no había argumentos “técnicos” para correr a Massot y sospechan que el alcalde podría utilizar ese puesto para una eventual incorporación.
Massot, aliado de Facundo Manes en las legislativas pasadas, aspira a competir como candidato a intendente de Tigre en 2023. En ese distrito, Larreta y Diego Santilli se inclinan por Segundo Cernadas.
El concejal de San Isidro Ramón Lanús, otro socio de Bullrich en Buenos Aires, también dejó su cargo en la Ciudad durante los últimos días. En el caso de Lanús, no hubo emisarios de Larreta que lo invitara a dejar su silla. Atento al operativo del alcalde para acelerar los alineamientos rumbo a 2023, presentó el 30 de junio su renuncia como director del Ceamse. Fue una medida preventiva. Es que Lanús, uno de los dirigentes más cercanos al exsenador Esteban Bullrich, pretende pelear por la intendencia de San Isidro, donde Larreta prioriza su alianza con el radical Gustavo Posse, quien respaldó a Santilli en las legislativas pasadas.