La recuperación llegó rápido para River, luego de lo que fue el debut decepcionante en la Copa Libertadores ante The Strongest. El equipo exhibió un rendimiento sólido y no dejó dudas en el triunfo ante Huracán, para seguir en lo más alto de la tabla de posiciones.
El líder necesitó 16 minutos para sentenciar el encuentro. Ese fue el tiempo que le ocupó para convertir dos goles, ambos de Rondón, y destruyó las tibias intenciones que propuso el local en el campo de juego.
La aparición de Rondón en el equipo titular de River fue sorpresiva, debido a que no venía demostrando estar en las mejores condiciones físicas y futbolísticas. Sin embargo, el venezolano respondió de manera positiva: primero provocó la falta sobre él que derivó en el penal, y luego se sacó de encima a Pizarro para definir cruzado.
El delantero, cuando fue reemplazado en el segundo tiempo, le dio un gran abrazo al técnico por la confianza que le dio para este partido.
Pero además de Rondón, el ganador ofreció otras individualidades con rendimiento alto. Entre ellos estuvo el cuarteto que formaron en el medio Enzo Pérez, Aliendro, Barco e Ignacio Fernández. A partir de ahí se empezaba a gestar el andamiaje de River, que eligió hacer circular la pelota a un toque, para provocar el desconcierto de sus adversarios.
Pérez y Aliendro prevalecían ante Hezze y Fattori, y el espacio que quedaba detrás de estos últimos era aprovechado por Barco y Fernández para hacer más diferencia. Como Rondón se pudo acoplar muy bien a ellos, terminó siendo desequilibrante en la definición. El venezolano estuvo cerca de hacer un gol más, pero falló el segundo penal ante Chaves en la etapa final. Por ese motivo, Barco ejecutó la acción cuando tuvo que ser repetida por invasión de área.