El gobernador Martín Llaryora superó con éxito el primer examen electoral como mandatario provincial tras la victoria de Guillermo De Rivas en las elecciones a intendente de la ciudad de Río Cuarto. El referente máximo del Partido Cordobés también saboreó un triunfo por elevación sobre el tándem conformado por el diputado nacional Rodrigo de Loredo y el senador Luis Juez, quienes apuntalaron a Gonzalo Parodi, candidato de la alianza Primero Río Cuarto, conformada por la UCR, el Frente Cívico cordobés y la Coalición Cívica.
El actual secretario de Gobierno de la segunda ciudad de la provincia se impuso holgadamente con el 37,17% (27.425 votos), por encima de Gonzalo Parodi (Primero Río Cuarto), con el 24,29% (17.928), y la también peronista Adriana Nazario (La Fuerza del Imperio del Sur), que cosechó 21,18% (15.632). Pese a no contar con candidato oficial auspiciado por La Libertad Avanza, la pata libertaria local se ubicó en el cuarto lugar con 6,82% de los votos (5.032), lo que le permitió cosechar una banca en el Concejo Deliberante.
Superado el trance en la que fue la única elección del año, Llaryora se apresta a mandar fuertes mensajes hacia adentro del partido. En primera instancia quedó erigido como “el gran elector”, aunque rehuyendo de la etiqueta, ya que superó el cisma que significó la aparición de Nazario como candidata por fuera del PJ.
Esto último le agregó un ingrediente de incertidumbre al comicio y alentó las expectativas de Parodi. Pero también hubo lugar para la provincialización del resultado, ya que un eufórico Manuel Calvo, secretario de Gobierno, fue más allá al sostener que el resultado significa una especie de plebiscito a la gestión.
“Ahora a sumarlo a Guillermo para trabajar, se acabaron las elecciones. Los vecinos de Río Cuarto apostaron a un trabajo de gobierno provincial y local para el mismo lado”, dijo el gobernador, quien también ponderó la labor de Juan Manuel Llamosas, antecesor de De Rivas.
Más allá del resultado final, el dato a tener en cuenta fue el nivel de ausentismo en los comicios, ya que sólo el 55,67% del padrón, unas 77.295 personas sobre un padrón de 138.816 votantes, se acercó a las urnas a sufragar con boleta única.
Se trata del segundo más alto desde la vuelta de la democracia, apenas por encima de lo sucedido en 2020, cuando en plena pandemia hubo un 49,8% de votantes.
El triunfo de Hacemos Unidos por Río Cuarto le permite al gobernador Llaryora respirar tranquilo y anotarse otra cucarda en el camino hacia la constitución de su figura como el nuevo jefe del PJ local. Al igual que lo sucedido en los comicios de la ciudad de Córdoba, el sanfrancisqueño se puso la campaña al hombro, con visitas y recursos e incluso activando el “call center por contactos”, ordenando a funcionarios a buscar el voto por De Rivas.
“Ojalá esté a la altura de lo que los riocuartenses esperan. Fue una elección tranquila. Nos tenemos que sentar en una mesa con los otros candidatos. Lo importante es que los riocuartenses estén mejor”, sostuvo el flamante intendente electo.
Golpe que duele
Más allá de que los guarismos dejaron en claro que la figura de los tres tercios tuvo alguna dosis de certeza, lo cierto es que la diferencia de más de 10 puntos le asestó un golpe debajo de la línea de flotación de la Unión Cívica Radical. De Rivas, en conjunción con Gabriel Abrile, se perfilaban para encabezar el asalto al Palacio de Mojica, perdido hace ocho años.
Sin embargo, la dupla boinablanca apenas si arañó el 25% de los votos, lo que le permitirá quedarse con cuatro bancas en el Concejo Deliberante. Incluso, apenas conocidos los resultados testigos, desde el centenario partido comenzaron a circular las facturas respecto de los errores y los pasos en falso que llevaron a cortarse del PRO y dinamitar Juntos por el Cambio. En comparación a 2020, el cambiemismo cosechó 33,9% de los votos de la mano del propio Abrile.
Por transitividad, lo de ayer también fue una derrota para el diputado Rodrigo De Loredo y el senador Luis Juez, quienes de distinta manera le brindaron su apoyo a Parodi.
Tocata y fuga
Parte de esa merma de votos que perdió la UCR recaló en las huestes de la propia Nazario, quien logró una buena performance electoral con el 21% de las voluntades. Con cuatro concejales, La Fuerza del Imperio del Sur logró capital político para terciar en el ecosistema local. De hecho, las urnas mostraron que la ex diputada le restó más votos a la oposición ex Juntos por el Cambio que al oficialismo, a contramano de los análisis previos.
Para las fuerzas libertarias, lo destacable es el ingreso de Mario Lamberghini al CD. Con el sello del Partido Libertario pero sin auspicio de La Libertad Avanza, el ex candidato a intendente, ligado al sector que se referencia al legislador provincial Agustín Spacessi, Lamborghini superó la línea de los 5000 votos y será tendrá un edil.