Se trata de dos jubilados que vivían en condiciones precarias, recibían maltratos y amenazas, y percibían 6 mil pesos mensuales cada uno.
Dos trabajadores rurales fueron rescatados de un campo de la localidad santafesina de Las Parejas, a unos 100 kilómetros de Rosario, donde eran sometidos a explotación laboral. El respectivo operativo fue realizado este miércoles por efectivos de la Policía Federal Argentina, y fue la consecuencia de un allanamiento que fue ordenado por el juez Carlos Vera Barros, tras una denuncia que se recibió el viernes pasado a la línea 145.
El despliegue policial tuvo lugar después de una inspección conjunta realizada por la Dirección Regional Centro del Ministerio de Trabajo de la Nación y el Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (Renatre) Santa Fe Sur, en coordinación con la Dirección del Comité Ejecutivo de Lucha contra la Trata y Explotación de Personas del Comité de Trata.
El llamado al 145 se realizó el pasado el 27 de abril luego de que se realizara una fiscalización de forma conjunta en dicho establecimiento agrícola.
Durante la inspección se detectó a dos trabajadores que vivían en condiciones precarias. Habían tomado el trabajo como oportunidad para tener una vivienda ya que ambos son jubilados, perciben menos de un haber mínimo y no cuentan con vivienda propia.
Y al corroborarse que los trabajadores estaban sin registrarse desde hace aproximadamente 4 años y percibían 6 mil pesos mensuales cada uno se confeccionaron actas de relevamiento y de Indicios de Explotación Laboral rural de los organismos intervinientes.
Las dos personas en cuestión realizaban tareas de cuidado de la vivienda (puesteros), de parquizado y jardinería, y recibían maltratos y amenazas por parte de la empleadora que ni siquiera les proveía de las herramientas para realizar las tareas de cuidado y limpieza, siendo ellas quienes debían adquirirlas.
Además, no contaban con agua potable en el lugar ni elementos de protección personal, y la vivienda tenía pisos, paredes y techo sin aislamiento.
También se observaron instalaciones precarias de gas y electricidad. Los trabajadores relataron que durante los dos primeros años también les descontaban el costo de la energía eléctrica.
En el lugar también había un vagón de carga de ferrocarril muy antiguo donde, según relataron los trabajadores, anteriormente vivió la familia.