Este domingo, alrededor de 15 millones de chilenos y chilenas se acercan a las urnas para decidir si aprueban o rechazan el proyecto de nueva Constitución, que viene a reemplazar el texto redactado durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Entre los cambios principales que propone la nueva Constitución, Chile pasaría de ser una “república democrática” a una “democracia paritaria”, asegurando que las mujeres ocupen al menos el 50% de todos los órganos del Estado.
Por otro lado, el nuevo texto define al país como un Estado Plurinacional e Intercultural, con el reconocimiento de 11 pueblos que tendrían sus respectivas autonomías regionales indígenas y sistemas jurídicos de los pueblos indígenas.
La nueva Constitución, en tanto, propone cambios en el Sistema Político, permitiendo al presidente ser reelegido por una vez, además de la eliminación del Senado que será reemplazado por una Cámara de las Regiones con menos poder y la facultad de elaborar leyes acotadas a acuerdos regionales. Por su parte, la cámara baja pasaría a llamarse Congreso de Diputados y Diputadas y tendría mayor poder en la formación de leyes.
Con la nueva propuesta, Chile podría definirse como un “Estado Social y Democrático de Derecho”, garantizando derechos sociales, como educación, salud, vivienda, trabajo y pensiones.
En caso de rechazarse, continuará vigente la actual Ley Fundamental.