En el marco del Día Mundial de la Tierra, el deportista náutico y activista Yago Lange, la Asociación Argentina de Abogados/as Ambientalistas y otras organizaciones, denunciaron el aumento de la contaminación con desechos plásticos en las playas de la Península Valdés. La iniciativa busca que las autoridades provinciales implementen un plan de acción de protección integral del Mar Argentino, que contemple la regulación de la actividad pesquera y la limpieza de las zonas afectadas.
“En octubre del año pasado, visibilizamos en las redes sociales que las playas de la Península Valdés estaban cubiertas con más de 20 toneladas de residuos plásticos. Encontramos elefantes marinos, pingüinos y otras especies obligados a vivir entre miles de kilos de cajones, baldes y redes, en su mayoría provenientes de la industria pesquera”, dijo Lange, en diálogo con Página/12.
Y agregó: “Nos reunimos con las autoridades del Ministerio de Turismo y Áreas Protegidas de Chubut, y del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, nacional y provincial, y aseguraron que iban a limpiar las playas en un plazo de 10 días. Finalmente, luego de posponer la medida dos veces, dijeron que iba a realizarse en marzo de este año, bajo el argumento de que sería lo mejor para la fauna marina”.
Según los activistas, casi seis meses después, la limpieza de las playas patagónicas no sólo no se ha realizado sino que la cantidad de residuos se ha incrementado. Cuando sobrevolaron nuevamente la Península Valdés registraron más de 100 toneladas de plásticos desperdigados a lo largo de sus costas.
“Queda claro que esta problemática ambiental no se soluciona limpiando. Es necesario que las autoridades implementen un plan de acción eficiente que controle el impacto en las costas del Mar Argentino, pero también que regule la industria pesquera, la cual produce más del 80% de los desechos que se observan en las playas”, aseveró Lange.
Patrimonio de la Humanidad
La Península Valdés es una de las cinco Áreas Naturales Protegidas (ANP) de la provincia de Chubut, abarca 887.775 hectáreas de estepa patagónica y está ubicada en el departamento de Biedma, a unos 10 kilómetros de la localidad de Puerto Madryn.
Esta reserva natural es el hábitat de diversos ejemplares de la fauna marina (ballena franca austral, orca y delfín oscuro), costera (lobo marino de un pelo, elefante marino del Sur y pingüino de Magallanes) y terrestre (zorro gris, guanaco, liebre patagónica, armadillo peludo, jote cabeza colorada, ñandú patagónico y loica).
También alberga más de 300 especies de plantas, entre ellas, el “quilimbay”, un arbusto mediano endémico de Chubut; el “botón de oro”, una flor nativa de color amarillo intenso que crece al costado de los caminos; el “coirón duro”, un tipo de hierba característica de la estepa que puede medir hasta 60 centímetros.
Gracias a su imponente biodiversidad, la Península Valdés posee tres títulos honoríficos otorgados por la UNESCO: Patrimonio de la Humanidad (1999); Sitio Ramsar (2012), por la importancia de sus humedales; y Reserva de Biósfera (2014), que promueve la conservación y protección de sus especies.
Océanos de plástico
En septiembre pasado, el subsecretario de Conservación y Áreas Protegidas de Chubut, Sergio Casin, junto a las autoridades del Ministerio de Ambiente de Nación y de la provincia, recorrieron 8 kilómetros de las costas de la península y observaron que al menos el 80% de las playas de Puerto Pirámides estaban contaminadas con residuos de la industria pesquera.
“Es una amenaza que se ha acrecentado en la última década. Esta aparición de residuos sólidos costeros, provenientes de la actividad pesquera y de las ciudades, van a parar a determinados puntos de la costa chubutense, como es Península Valdés o el área sur de Camarones, son un gran problema para el medioambiente”, indicó el funcionario a Diario Jornada.
Casin sostuvo que “es muy difícil ligar el residuo encontrado en el mar con la empresa” que lo genera, y por eso “es complicado llegar a una sanción”. “Una vez que se identifica la procedencia de los cajones, se intima a la empresa a que esto no suceda, se hacen instrucciones administrativas que pueden terminar en multas o suspensiones de la actividad”, afirmó.
Por su parte, desde la organización Playas limpias señalaron que las autoridades sólo recorrieron unos pocos kilómetros de las costas de la península. “Lo que vieron en Puerto Pirámides se repite en el resto de los sitios menos visitados”, aseguraron, al tiempo que denunciaron que la provincia cuenta con el Plan de Censo y Limpieza Costera, pero que “no se aplica desde 2016”.
El último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) advirtió que los desechos plásticos representan el 85 por ciento de la contaminación de los mares. Hay entre 75 y 199 millones de toneladas de plásticos invadiendo los océanos, mientras que sólo el 10 por ciento se llega a reciclar, precisaron.
Los especialistas en medioambiente coinciden en que, de seguir esta tendencia, para 2040 la cantidad de plásticos en los océanos se habrá triplicado. Y en 2050 habrá más residuos plásticos que peces en el mar, al ser un material que puede tardar entre 100 y 1000 años en degradarse.
Impacto ecológico
Los plásticos que ingresan a los océanos se fragmentan en partes más pequeñas llamadas microplásticos (miden entre 0,01 y 5 milímetros), que dañan la cadena alimentaria. “Se superponen con el plancton que sirve de alimento para muchas especies”, dijo la bióloga e investigadora del Conicet Rosana Di Mauro. Estos materiales llegan a los estómagos de ballenas, elefantes marinos, aves y peces.
De acuerdo al estudio encabezado por Di Mauro, publicado en mayo pasado en la revista científica Environmental Pollution, el Mar Argentino sería uno de los lugares más contaminados por microplásticos del mundo. “Hemos encontrado que, si bien es variable, no baja de 10 partículas por litro. Hasta ahora no encontramos una muestra de agua o biológica que no tuviera nada. No hay resultados negativos, son todos positivos, es bastante impresionante”, concluyó.