Lo habían dicho en la previa los propios protagonistas, incluido el vicepresidente Juan Román Riquelme: después del triunfo en el Superclásico, el partido con Lanús cobró una relevancia mayor por tratarse de la posibilidad de ratificar lo hecho el pasado domingo. Aunque una derrota no hubiese disuelto la euforia de haberle ganado a River, una victoria era clave para estirar la alegría y la tranquilidad. Con esa idea en claro, Boca le ganó a Lanús por 1 a 0 y, al menos momentáneamente, mira a todos desde arriba en la Liga Profesional.
Como consecuencia de la exigencia física y la intensidad con la que habían jugado tres días antes, el Xeneize salió a jugar con casi medio equipo diferente y mostró una cara diferente a la que se vio el domingo. Durante el primer tiempo se lo vio incómodo y sin claridad, de hecho, la única aproximación que tuvo fue una chance increíble que se perdió Oscar Romero, que remató solo dentro del área.
Con los ingresos de Martín Payero por Esteban Rolón y Alan Varela por Juan Ramírez, Boca se adueñó más de la pelota en el complemento, aunque no lo pudo traducir en situaciones de peligro. Sin embargo, sobre el final, el ingresado Darío Benedetto tuvo una y no falló. A los 44 minutos, tras una asistencia de Frank Fabra, el Pipa la empujó a la red desde abajo del arco y desató el festejo xeneize.
Con este triunfo, Boca se trepó a lo más alto de la Liga Profesional, con 35 puntos, al menos hasta que Altético Tucumán juegue este jueves frente a Talleres, con la posibilidad de volver a recuperar el liderazgo.