Un adolescente murió y otras 20 personas resultaron heridas tras un doble atentado ocurrido este miércoles en distintos puntos de la ciudad israelí de Jerusalén, donde se volvió a registrar un episodio de este tipo tras un largo tiempo.
Dos bombas colocadas en paradas de buses estallaron en distintos puntos de la ciudad. Los hechos ocurrieron casi en simultáneo, en dos paradas de autobuses: el primero en el acceso principal a Jerusalén (Givat Shaul), y el otro en la zona de Ramot.
Como consecuencia de los estallidos murió el joven Arie Shechopek, un estudiante israelí-canadiense de 16 años, y quedaron heridas unas veinte personas, dos de ellas en estado crítico.
Las bombas, que iban envueltas en bolsas con clavos para maximizar el impacto, fueron activadas a distancia por teléfono con un intervalo de apenas media hora.
Según un comunicado de la policía local se trata de “un ataque terrorista combinado”, y todo apunta a que se trató de un plan organizado. Ahora, la Policía busca a posibles sospechosos en las zonas afectadas y cortó varias vías de acceso a Jerusalén.
Al momento, ninguna facción palestina reivindicó la responsabilidad de las explosiones, aunque el grupo islamista Hamás sí celebró el ataque.
El vocero de Hamas, Abdel Abdel Latif Al-Qanou remarcó que “Aplaudimos la operación heroica que forma parte de la respuesta en curso al ataque a la mezquita de Al-Aqsa y su judaización. La ocupación (israelí) está pagando el precio por sus crímenes contra nuestro pueblo”.
“El pueblo palestino sigue el camino de la resistencia”, afirmó Hamas en un comunicado desde la Franja de Gaza que controla, y en la que mantiene la tregua con Israel.