El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, presentó este miércoles su renuncia porque siente que ya no es “la mejor persona para el puesto” ni para lograr la reelección en las próximas elecciones, tras la debacle del referéndum propuesto el 8 de marzo por el gobierno para modificar las referencias a la mujer y la familia en la Constitución, redactada en 1937.
“Hago efectiva hoy mi dimisión como líder del partido Fine Gael y dejaré el cargo de ministro en cuanto haya un sucesor”, anunció Varadkar durante una rueda de prensa, alegando motivos tanto personales como políticos al abandonar el puesto. “Sé que esto tomará a muchos por sorpresa y será una decepción para algunos, pero espero que entiendan mi decisión. El liderazgo implica saber cuándo llega el momento de pasar la batuta y tener el coraje de hacerlo. Ese momento es ahora”, puntualizó.
Varadkar tomó las riendas de Fine Gael y del país en 2017 con una agenda ultraconservadora en materia económica, pero progresista en cuestiones relacionadas con grupos minoritarios y los sectores más desfavorecidos. En 2018 logró una victoria en un referéndum sobre el aborto de 2018, lo que sirvió para suavizar la dura ley al respecto, al tiempo que lidió con éxito con los problemas derivados del Brexit y su impacto en Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte. A pesar de su juventud al llegar al Gobierno, Varadkar, médico como su padre, acumuló experiencia después de ocupar la cartera de Sanidad entre 2014 y 2016, y la de Transporte, Turismo y Deporte entre 2011 y 2014.
La coalición de gobierno
La decisión del premier tomó por sorpresa a sus socios de la coalición de gobierno, si bien éstos se apresuraron a descartar la convocatoria de unas elecciones anticipadas y subrayaron que su intención es completar el mandato hasta 2025. El sucesor de Varadkar será elegido luego de Semana Santa.
Entre los nombres que suenan para reemplazar a Varadkar, se destaca el ministro de Educación Superior, Simon Harris, de 38 años y con prestigio entre sus colegas tras ostentar en diferentes legislaturas las carteras de Justicia y de Sanidad. También la actual ministra de Interior, Helen McEntee, y el eterno candidato a taoiseach Simon Coveney, derrotado precisamente por Varadkar en la carrera al liderazgo del partido en 2017. Coveney, actual ministro de Empresas, Comercio y Empleo, goza además de una amplia experiencia como titular de Defensa, de Exteriores y como viceprimer ministro.
“Esta coalición es una coalición de tres partidos, no de tres personas, y mantengo mi compromiso para cumplir nuestro mandato”, aseveró Micheal Martin, el vice primer ministro irlandés y líder del Fianna Fáil, en declaraciones recogidas por RTE, el Servicio Nacional de Radiodifusión irlandés. “Nos llevamos muy bien. Hemos tenido una fuerte relación personal los tres líderes, lo que creo que es importante para la continuidad y estabilidad del Gobierno”, remarcó el dirigente.
El líder del Partido Verde, Eamon Ryan –que también forma parte de la coalición de gobierno–, también se expresó sobre el asunto en sus redes sociales. “Me gustaría ofrecer mi más sincero agradecimiento a Leo Varadkar por su trabajo como taoiseach (primer ministro). Fue un líder enérgico y comprometido que siempre apoyó a sus colegas de gobierno”, indicó. “Sirvió bien al país y puede estar orgulloso de la contribución que hizo a la vida política irlandesa”, añadió.
El fracaso del referéndum
El Ejecutivo de Dublín cierra así filas en torno a la figura de Varadkar y prefiere no atribuir su dimisión al resultado del doble referéndum de hace casi dos semanas. Los irlandeses rechazaron mayoritariamente modernizar el concepto de familia y las referencias al rol de la mujer en la Constitución de 1937, heredada de la fuerte influencia de la Iglesia católica en la vida pública y privada.
La primera pregunta de la consulta popular propuso ampliar el concepto de la familia para extenderlo más allá de la base del matrimonio, incluyendo las “relaciones duraderas”, como las parejas que no se casaron y sus hijos. Un 67,69% de los votantes eligió el “no” en este tema, según los resultados oficiales.
La segunda pregunta, rechazada por 73,9% de los votantes, planteó borrar una referencia anticuada sobre el papel de las mujeres en el ámbito doméstico, que afirma que deben cumplir con “sus obligaciones” en el hogar. La reforma propuso reemplazar esta formulación por una disposición que hubiera extendido a todos los miembros de una familia la responsabilidad de ocuparse de los otros.
Además del gobierno, los principales partidos políticos apoyaron el “sí” para ambas preguntas, pero la formulación usada para la consulta fue muy criticada en este país miembro de la Unión Europea donde se redujo la influencia de la Iglesia católica, pero siguen presentes sectores muy conservadores. Los partidarios del “no” alegaron que el concepto de “relación duradera” era indefinido y confuso, y que las mujeres y las madres quedaban fuera de la Constitución. El referéndum despertó poco entusiasmo, con una participación que no superó el 50% en la mayoría de las 39 circunscripciones.