El primer ministro eslovaco, Robert Fico, ya no se encuentra en una condición de peligro de muerte luego de la operación que recibió tras ser disparado este miércoles en un intento de asesinato al salir de una reunión de gabinete en la localidad de Handlová, un ataque que recibó una amplia condena por parte de la comunidad internacional.
Así lo afirmó el viceprimer ministro de Eslovaquia, Tomas Taraba, en declaraciones a la cadena británica BBC. “Me quedé muy conmocionado… afortunadamente, hasta donde yo sé, la operación salió bien, y supongo que al final sobrevivirá. No se encuentra en una situación que ponga en peligro su vida en este momento”, señaló. “Resultó gravemente herido: una bala le dio en el estómago y la segunda en la articulación; inmediatamente fue trasladado al hospital y luego a la operación”, agregó.
El ministro de Defensa de Eslovaquia, Robert Kaliniak, había dicho antes de las declaraciones de Tabara que el estado de salud de Fico era extremadamente grave y aseguró que la intervención quirúrgica fue muy complicada. “No hay duda de que fue un atentado con trasfondo político”, remarcó.
El intento de magnicidio
El ataque ocurrió cuando el primer ministro eslovaco abandonaba la casa de la cultura de la localidad de Handlová, en el centro del país. Allí había mantenido una reunión de gabinete. Al salir del encuentro, Fico salió a la calle y se detuvo unos instantes a saludar a un pequeño grupo de ciudadanos. En ese momento, se escucharon varios disparos y el primer ministro cayó al suelo, herido.
En las primeras imágenes que se conocieron del hecho se puede ver cómo los guardaespaldas llevan a Fico en andas hasta un vehículo oficial, detenido a pocos metros.
En tanto que otra cámara muestra cómo, tras los disparos, y mientras el funcionario era sacado del lugar las fuerzas de seguridad detienen a un hombre, el presunto agresor, en medio de los gritos y el revuelo de la gente que se encontraba en el lugar.
La policía identificó al detenido como Juraj C., procedente de Levice, ciudad del suroeste del país, y con licencia de armas. Según la prensa eslovaca, el supuesto atacante, de 71 años, era miembro de un club literario y en el pasado había trabajado como guardia de seguridad en un centro comercial. Hace ocho años anunció en internet que estaba recogiendo firmas para crear un partido político llamado “Movimiento contra la violencia”. “La violencia es a menudo una reacción de la gente, como una forma de expresión del descontento con la situación. ¡Podemos mostrarnos insatisfechos, pero no violentos!”, escribió entonces.
Condena nacional e internacional
La presidenta en funciones, Zuzana Caputová, condenó el ataque y llamó a la calma y a detener la retórica del odio en el país, polarizado entre partidarios y oponentes del Gobierno, formado por nacionalistas de izquierda y ultraderechistas. “Estoy impactada. Todos estamos conmocionados por el horrible ataque contra Robert Fico. Un ataque físico al primer ministro es ante todo un ataque a una persona, pero también un ataque a la democracia”, afirmó la presidenta. “Cualquier tipo de violencia es absolutamente inaceptable. La retórica de odio que presenciamos en la sociedad conduce a actos de odio. ¡Por favor, detengámosla!”, agregó.
En el plano internacional, el atentado recibió la repulsa tanto por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, como por el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, en las antípodas ideológicas. “Jill y yo rezamos por una pronta recuperación y nuestros pensamientos están con su familia y el pueblo de Eslovaquia. Condenamos este horrible acto de violencia. Nuestra embajada está en estrecho contacto con el Gobierno de Eslovaquia y lista para ayudar”, dijo Biden en un comunicado difundido por la Casa Blanca.
Putin, por su parte, calificó el atentado como un horrible crimen que no puede tener ninguna justificación, en un telegrama enviado a la presidenta eslovaca, a quien le pidió que transmita a Fico sus más sinceras palabras de apoyo y también deseos de una pronta y total recuperación. “Fico que es una persona valiente y un hombre con fuerte personalidad”, añadió.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también expresó su repudio en la red social X. “Estos actos de violencia no tienen cabida en nuestra sociedad y socavan la democracia, nuestro bien común más preciado. Mis pensamientos están con el primer ministro Fico y su familia”, señaló.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, aseguró en un comunicado estar horrorizado e indignado y reafirmó que nada puede justificar la violencia. Los primeros ministros de la región del Benelux, el belga Alexander De Croo y el luxemburgués Luc Frieden, también se mostraron consternados y condenaron el intento de magnicidio, al igual que los gobiernos de varios países latinoamericanos como Brasil, Chile y Uruguay, quienes desearon una pronta recuperación al premier.
Clima de polarización
Fico es la figura política más influyente en Eslovaquia en las últimas dos décadas. Además de su actual mandato como primer ministro, también estuvo al frente del gobierno entre 2006 y 2010 y 2012 y 2018. Comenzó su andadura política en el Partido Comunista Checoslovaco (KSC) a partir de 1986 y la prosiguió en la Izquierda Democrática (SDL) de los comunistas reformados. En 1999 fundó la formación de izquierdas Smer, suspendida hace poco por los Socialistas Europeos por formar una coalición con la ultraderecha al regresar al poder el pasado octubre.
El premier llegó a su nuevo gobierno con un discurso nacionalista, prorruso y contra la inmigración que se asemeja al del líder húngaro Viktor Orbán, un político al que admira. Sus posiciones socialdemócratas iniciales cambiaron mucho desde que se vio obligado a dimitir en 2018 tras el asesinato del periodista Jan Kuciak, que investigaba vínculos del crimen organizado con el poder político. Durante la pandemia, ya en la oposición, atacó las restricciones impuestas por el Gobierno, puso en duda el efecto de las vacunas y giró cada vez más hacia posturas ultranacionalistas, antiimigrantes y contra la Unión Europea.
Sus polémicas reformas, como la clausura de la Fiscalía Anticorrupción, que investigaba casos vinculados con su partido, y su intención de cerrar la actual radio televisión pública, generaron protestas multitudinarias. El Parlamento tramita también una ley sobre ONG –para que revelen si reciben financiación extranjera– que la oposición compara con normas similares existentes en Rusia y Hungría.
Las controvertidas medidas de Fico son vistas por la oposición como un intento de consolidar su poder, limitar la independencia judicial y restringir la libertad de prensa. Además, su estilo agresivo causó en los últimos años, según los analistas, un declive en la confianza pública en las instituciones y exacerbó la polarización dentro de la sociedad.
En los últimos meses, Fico también hizo una serie de comentarios que deterioraron los lazos entre Eslovaquia y Ucrania, abogando por una negociación con Rusia para poner fin al conflicto bélico que comenzó en febrero de 2022. Cuando fue elegido, Eslovaquia dejó de enviar armas a Kiev, algo que había prometido durante su campaña electoral, remarcando que no le proporcionaría a ese país ni una sola bala. También criticó las sanciones que los países occidentales le impusieron a Moscú en el marco de esta guerra.