Cristina y Massa generaron un efecto en cadena con el aumento que dieron en el Congreso. El rol de la CGT.
Camioneros, La Bancaria, estatales. No importa cuán cercanos sean al Gobierno, los gremios están presionando por abrir las paritarias en curso y por subas salariales posteriores al 60% para el próximo período, lo que descalabra el equilibrio al que el Poder Ejecutivo pretende llegar con los empresarios y altera además todo el mapa de las negociaciones.
La primera piedra la tiraron la vicepresidenta Cristina Kirchner y Sergio Massa en el Congreso, que en los últimos días otorgaron un aumento de 20.000 pesos para los trabajadores legislativos y que rige, como complemento de la paritaria anterior, a partir de abril. Cada vez que pasa eso, el resto de los gremios se encolumna en reclamos similares.
Sucedió eso mismo el año pasado, cuando la jefa del Senado y el presidente de Diputados tomaron una medida similar que impactó de lleno en todas las negociaciones, incluidas las de Camioneros, que usaron ese aumento para reclamar su propia suba salarial.
Como medida de emergencia, el Gobierno dispuso ahora el adelantamiento de las paritarias que todavía están en curso, en un acuerdo con la CGT y la UIA. Pero no fue suficiente porque muchos sindicatos están ya en pie de guerra con las patronales.
Es el caso de La Bancaria, que representa una situación particular porque su titular, Sergio Palazzo, es a la vez diputado del Frente de Todos.
Los bancarios anunciaron un paro de actividades en las entidades financieras públicas y privadas para el jueves 28 de abril, en reclamo de un aumento salarial del 60 por ciento.
“La Bancaria se mantendrá firme en la defensa de los derechos de los trabajadores, como siempre, y no tolerará la avaricia rentística patronal, por lo que en la negociación mantendrá su postura y exigirá cláusula de revisión”, advirtió Palazzo, uno de los sindicalistas más cercanos a Cristina.
Eso sí: el gremio aclaró que avisó con tiempo sobre el paro para que los bancos puedan “prever y organizar el pago de jubilaciones y asignaciones sociales de ese día”, además de responsabilizar a las cámaras por “los inconvenientes que se generen”.