Harris y Trump se sacaron chispas en un debate presidencial con mucho en juego

Kamala Harris y Donald Trump se enfrentaron este martes en Filadelfia, en un debate electoral encendido en el que cada uno con su libreto buscó convencer a los estadounidenses indecisos de cara a unas elecciones presidenciales muy reñidas. El candidato republicano arremetió contra los migrantes al decir que están “robando” los trabajos a afroamericanos e hispanos, un comentario de tinte racista que Harris calificó como “la misma retórica desgastada de siempre”. Al hablar del aborto, la vicepresidenta marcó una línea roja a su rival en los comicios del 5 de noviembre dejándole en claro que “no debería decirle a una mujer qué hacer con su cuerpo”.

Economía y migración

La primera pregunta fue sobre economía y Harris recordó su crianza en una familia de clase media. “Creo en la ambición, las aspiraciones y los sueños del pueblo estadounidense, y por eso imagino y tengo un plan para construir lo que llamo una economía de oportunidades“, aseguró la candidata demócrata, quien acusó a Trump de ofrecer un recorte de impuestos a los multimillonarios y en paralelo un impuesto del 20 por ciento “sobre los bienes de uso diario de los que dependemos para llegar a fin de mes”.

En respuesta Trump sacó a relucir dos de los temas centrales de su campaña: la inflación y los inmigrantes indocumentados. “Hemos tenido una economía terrible debido a la inflación, que destruye a los países. Tenemos una inflación como muy pocas personas han visto antes, probablemente la peor en la historia de nuestra nación“, dijo el expresidente antes de mencionar a “millones de personas que llegan a nuestro país desde prisiones y cárceles, desde instituciones mentales y manicomios, y están ocupando puestos de trabajo”. También repitió una fake news que indica que migrantes haitianos comen “perros y gatos” en una localidad de Ohio.

Mientras Trump hablaba, Harris negaba con la cabeza en señal de desaprobación y, dirigiéndose directamente a la cámara, afirmó: “Esta noche van a escuchar lo mismo de siempre: un montón de mentiras, agravios y descalificaciones”. La vicepresidenta afirmó que la administración de Biden tuvo que “limpiar el desastre que dejó Donald Trump” tras sus cuatro años en la Casa Blanca y acusó al expresidente de haber dejado a EE.UU. con “el peor desempleo desde la Gran Depresión”, “el peor ataque a nuestra democracia desde la Guerra Civil” y “la peor epidemia de salud pública en un siglo”.

En respuesta a las preocupaciones de los estadounidenses sobre la economía, Harris prometió impulsar la construcción de tres millones de nuevas viviendas en cuatro años y restaurar el Crédito Tributario por Hijos para que los estadounidenses puedan acceder a un crédito fiscal de hasta 3.600 dólares por hijo. Trump prometió extender y ampliar los recortes de impuestos que ya aprobaron los republicanos del Congreso en 2017 siguiendo sus instrucciones.

Aborto y política exterior

Harris volvió a mirar directamente a la cámara para hablar del derecho al aborto. Hizo énfasis en los peligros que enfrentan las mujeres embarazadas, algunas de las cuales son sobrevivientes de incesto y violación, cuando intentan obtener atención médica. “El gobierno y ciertamente Donald Trump no deberían decirle a una mujer qué hacer con su cuerpo”, apuntó la aspirante demócrata, quien abogó por volver a implementar una protección federal al aborto a nivel federal, derogada por la Corte Suprema en junio de 2022. 

Linsey Davis, moderadora del debate, presionó a Trump para que explicara su política sobre el aborto, señalando que cambió sus puntos de vista en varias ocasiones. El aborto es uno de los temas con las diferencias más marcadas entre ambos bandos y Trump empezó su alocución asegurando que los demócratas, calificados por él de “radicales”, permiten el aborto a los nueve meses de gestación e incluso la “ejecución” de bebés una vez nacidos, una afirmación que fue desmentida por los propios moderadores del debate.

En cuanto a política exterior, Harris fue consultada sobre cómo convencería a Israel y a Hamas de aceptar un alto el fuego. La vicepresidenta demócrata no respondió exactamente a la pregunta y en su lugar prometió defender a Israel, aunque reconoció el costo que la invasión israelí a Gaza viene causando a los civiles. Trump, por su parte, dijo que tanto el ataque del 7 de octubre como la invasión rusa a Ucrania no habrían ocurrido si él fuera presidente, una frase que repitió en discursos y debates previos.

Trump, quien nuevamente se negó a reconocer su derrota en las elecciones de 2020, sostuvo que los ataques verbales de Harris motivaron el intento de asesinato que sufrió en julio, durante un acto de campaña en Pensilvania. “Probablemente me dispararon en la cabeza por las cosas que dicen de mí”, apuntó el magnate republicano. Harris dijo que los discursos de Trump en sus mitines son tan aburridos que sus seguidores se levantan y se van, lo que provocó la ira del expresidente.

Escenario de paridad

A lo largo del debate se vio a un Trump molesto con los moderadores de ABC, que verificaron sus declaraciones durante el cara a cara con Harris. En privado Trump había considerado la posibilidad de no participar del debate y se quejó de que la cadena estaba siendo injusta con él. Durante décadas estos debates permitían a un candidato distinguirse de su rival, pero no hacían mella en la campaña. Hasta el pasado mes de junio, cuando el pésimo desempeño del presidente Joe Biden precipitó su caída hasta que el 21 de julio pasó el testigo a su vicepresidenta. 

Desde entonces Harris recibió un apoyo masivo en cuestión de horas, rompió récords en recaudación de fondos, saboreó una candidatura triunfal en la convención demócrata de Chicago y consiguió equilibrar las encuestas sobre la intención de voto. Según una encuesta de Marist Poll para la cadena NPR publicada este mismo martes, Harris obtendría el 49 por ciento de los votos a nivel nacional y Trump el 48 por ciento, una diferencia estrecha que entra dentro del margen de error estadístico. Según un análisis realizado por el diario The Washington Post, los números de Harris empezaron a estancarse y las expectativas de Trump se mantienen firmes.