La ofensiva israelí continúa sobre la Franja de Gaza, y este jueves se estima que unas 55 personas murieron y 132 resultaron heridas en el territorio, con particular impacto sobre las ciudades de Beit Lahia y Yabalia, al norte del enclave, con bombardeos sobre una escuela en Nuseirat, al centro de la Franja, y fuego abierto sobre hospitales al norte de la franja, en medio de un conflicto donde los servicios humanitarios y periodistas están constantemente bajo asedio.
Unos 17 palestinos, incluidos nueve menores, murieron en un ataque aéreo israelí que impactó en una escuela en la tarde en el campamento de Nuseirat. En la zona también se reportaron ataques de artillería a varios edificios del campamento de Bureij.
Al mismo tiempo, la ofensiva israelí al norte del enclave, que redobló su intensidad hace 20 días, continúa con los hospitales de la zona asediados, al mismo tiempo que la Defensa Civil gazatí anunció la suspensión de los rescates al norte del territorio, ya que sus equipos son blanco de ataques constantes por parte del ejército israelí.
Según confirmó el gobierno gazatí, bajo el mando de Hamas, el edificio bombardeado en Nuseirat, donde 17 murieron y 52 resultaron heridos, era una escuela que albergaba desplazados al interior del campo de refugiados. En un comunicado, las autoridades remarcaron que las fuerzas israelíes atacaron con conocimiento de la función del edificio. “El ejército de ocupación sabía que la escuela Al Suhada incluía a miles de personas desplazadas, y que la mayoría de ellas eran niños y mujeres que tuvieron que irse de sus hogares por los bombardeos en sus barrios civiles”.
Por su parte, el Ejército israelí también informó sobre un ataque a la escuela de Nuseirat, pero calificándola como “un centro de comando y control de Hamas”, que era usado para “planificar y ejecutar ataques terroristas contra las tropas”.
“Este es otro ejemplo del abuso sistemático de la infraestructura civil por parte de la organización terrorista Hamas en violación del derecho internacional”, aseveró el Ejército, que dijo haber tomado medidas para proteger a los civiles.
Entre las víctimas que llegaron al hospital Al Awda de Nuseirat luego del ataque, más de la mitad son menores, incluido un niño de solo 11 meses, según fuentes médicas.
La oficina de medios del gobierno de Gaza informó que “esta masacre eleva a 196 el número de refugios y centros de desplazamiento bombardeados por la ocupación”, recalcando que estas acciones forman parte del “plan de la ocupación israelí para hacer colapsar el sistema sanitario en Gaza, destruyendo hospitales, cortandoles el suministro de insumos médicos y medicina”, según argumentó en el comunicado.
Servicios sanitarios
El director del Hospital Kamal Adwan de la localidad de Beit Lahia, Husam Abu Safia, denunció que el Ejército israelí abrió fuego contra las instalaciones sanitarias en el norte de Gaza, provocando daños en la unidad de cuidados intensivos.
“El hospital se convertirá en una fosa común”, alertó Safia, quien dirige un centro desbordado de pacientes y asediado por las tropas israelíes, que hace tiempo impiden el acceso de medicinas, suministros sanitarios o alimentos.
El director indicó, en conversación con el medio qatarí Al Jazeera, que casi todo el personal médico de la zona ha muerto o ha sido arrestado por las fuerzas israelíes, quienes también impiden que las ambulancias lleguen a los heridos por los ataques.
Safia explicó que efectivos israelíes se encuentran estacionados en las proximidades del hospital, pero se niegan al traslado seguro de pacientes. “Hay más de 15 casos que necesitan cirugías que no se pueden llevar a cabo en este hospital”, subrayó, indicando que las tropas también impiden el funcionamiento de las operaciones de rescate.
La Defensa Civil de Gaza también realizó una denuncia similar en la madrugada del jueves, en la que anunció que los servicios médicos de emergencia se han suspendido en toda la gobernación del norte ante la ofensiva israelí, que “mantiene bajo asedio los principales hospitales y ataca directamente las ambulancias y equipos de rescate”.
El hospital Indonesio, Beit Lahia, está cerrado por los ataques israelíes, mientras que el Kamal Adwan, en la misma ciudad, y el Al Awda, dentro del campo de refugiados de Yabalia, funcionan a duras penas y al borde del colapso.
“Los vehículos de la defensa civil han sido atacados directamente, y la única ambulancia que quedaba en el norte ha sido destruida por la artillería israelí”, indicó el portavoz de la Defensa Civil gazatí, Mahmud Basal.
Basal también señaló que, durante la noche del jueves, sus tripulaciones fueron sometidas a bombardeos directos que hirieron a tres paramédicos, y que sus equipos fueron llamados por altavoces mediante un dron, indicando que debían abandonar su trabajo y dirigirse a la zona de Sheij Zayed.
“Periodismo, no terrorismo”
El Sindicato de Periodistas palestino, a su vez, acusó a Israel de “preparar un plan para atacar a los periodistas que cubren la guerra de exterminio” en la Franja de Gaza, luego de que el Ejército israelí acusara a seis reporteros de la cadena Al Jazeera de ser terroristas del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) y de la Yihad Islámica este jueves.
El Ejército israelí afirmó los periodistas identificados como Anas al Sharif, Ala Salama, Hasam Shabat, Ashraf al Sharraj, Ismail Abu Amr y Tala al Aruki estarían vinculados a ambos grupos, al tiempo que sostuvo que sus conclusiones se fundamentan en “muchos documentos” hallados en Gaza y en las informaciones de sus servicios de Inteligencia.
Para el sindicato, tales acusaciones “generan preocupación sobre la seguridad de los periodistas que trabajan sobre el terreno”, a la vez que recordó que los reporteros palestinos “han pagado un alto precio para informar al mundo sobre los crímenes de la ocupación”.
“El último periodo ha presenciado la mayor masacre de periodistas, en un intento de silenciarlos y evitar que revelen la verdad”, lamenta el texto, antes de reclamar a la comunidad internacional que “abra una investigación” en torno a las acusaciones israelíes e intervenga inmediatamente para proteger a los periodistas palestinos.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) ha dicho a través de un mensaje publicado en su cuenta en la red social X “ser consciente de las acusaciones”, a lo que añadió que “Israel ha formulado repetidas acusaciones no demostradas, sin presentar pruebas creíbles”.
“Tras matar en julio al corresponsal de Al Yazira Ismail al Ghul, las Fuerzas de Defensa de Israel presentaron un documento similar con información contradictoria que mostraba que Al Ghul, nacido en 1997, tenía rango militar en Hamas desde 2007, cuando habría tenido diez años”, remarcó el organismo.
La cadena qatarí, por su parte, manifestó en un comunicado que “condena con vehemencia las recientes acusaciones infundadas hechas por las fuerzas de ocupación israelíes contra sus periodistas que operan en el norte de Gaza” y consideró que estos hechos “inventados” representan “un intento flagrante de silenciar a los pocos periodistas” que quedan en la Franja, sugiriendo que estas acusaciones surgen luego de que la cadena exponga posibles crímenes de guerra cometidos por Israel.