El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, completó la nómina del gabinete de su segundo mandato, al señalar a Brooke L. Rollins a la cabeza del Departamento de Agricultura el sábado, luego de nombrar a su secretario del Tesoro, el inversor Scott Bessent, un día antes. Ambos designados, que aguardarán la confirmación del Senado, comparten una característica: una ferviente lealtad al magnate.
A menos de tres semanas de su elección, el republicano completó las 15 nominaciones para los secretarios de gestión. Un tiempo corto, considerando que durante su primer paso por la Casa Blanca, en 2017, esperó hasta dos días antes del traspaso de poder para completar los anuncios.
Los quince nominados pertenecen a un círculo cercano y fiel al presidente electo, y en muchos casos ya formaron parte del primer mandato trumpista, como es la situación de Rollins, quien fue designada secretaria de Agricultura luego de participar en el área de Iniciativas Estratégicas de Trump hasta 2021.
Una “patriota leal”
Nominada el sábado, Rollins, abogada oriunda de Texas, también formó parte del Consejo Asesor Económico de Trump en 2016, antes de su llegada al poder, y colaboró en el Consejo de Política Nacional estadounidense durante su presidencia.
“Hizo un trabajo increíble durante mi primer mandato”, dijo el reelecto sobre su última designada mediante un posteo en redes, además de destacar su gestión al frente del America First Policy Institute (América Primero), un grupo conservador que la abogada fundó en 2021, y co-dirige en su misión de promover la agenda trumpista.
Rollins, de 52 años, ayudó a crear “un equipo de patriotas leales” que impulsaron las políticas públicas del republicano. Hoy, muchos de los nominados de Trump comparten estrechos vínculos con el grupo.
“Como nuestra próxima secretaria de Agricultura, Brooke encabezará el esfuerzo para proteger a los agricultores estadounidenses, que son verdaderamente la columna vertebral de nuestro país”, aportó el presidente electo.
Un fiel donante
Como parte de su maratón electoral, Trump había anunciado este viernes a Bessent como el nuevo líder de la fundamental secretaría del Tesoro, donde el financista aboga por el recorte impositivo como método para hacer frente al déficit presupuestario.
El designado, un magnate y veterano de Wall Street, es el fundador de la firma de inversiones Key Square Group y colaborador del Soros Fund Management, y también fué un fiel donante de la campaña de reelección, a la cual aportó alrededor de 3 millones de dólares, según reportó Forbes.
El presidente electo lo presentó como un “gran aliado” que apoyará sus políticas que impulsarán la competitividad de Estados Unidos, en un comunicado que también resaltó que Bessent será el primer miembro abiertamente gay de un gabinete republicano.
“Scott ha sido durante mucho tiempo un firme defensor de la agenda de Estados Unidos. En vísperas del 250 aniversario de nuestro gran país, me ayudará a marcar el comienzo de una nueva Edad de Oro para Estados Unidos”, escribió Trump en su red social, Truth Social.
Cartón lleno
Mediante este esprint de nominaciones, anunciando más de 15 cargos en una semana, Trump ha demostrado tener una banca de trasfondo variado, pero con un denominador común: su fidelidad al líder.
Por ejemplo, el jueves pasado fue nominada a fiscal general de Estados Unidos la abogada Pam Bondi, luego de que su anterior candidato, el excongresista Matt Gaetz, declinara su nominación horas antes, en medio de un escándalo sexual que lo tiene en el centro.
Bondi, quien viene de ejercer como fiscal del estado de Florida, donde Trump tiene su base, es una figura cercana al presidente electo, incluso habiendo formado parte de su equipo legal durante su primer juicio político.
Con su designación, la abogada se transforma en la segunda aliada floridiana del presidente en el nuevo gabinete. Anteriormente, Trump nominó a Marco Rubio, senador republicano por Florida, para ser el máximo representante de la diplomacia estadounidense, el primer latino en ocupar el cargo en la historia del país. Otra latina nominada al gabinete es la congresista Lori Chávez-DeRemer, de procedencia mexicana, quien ocupará el cargo de secretaria de Trabajo.
Los gobernadores de Dakota del Norte y Dakota del Sur, Doug Burgum y Kristi Noem, fueron nominados para ocupar el Departamento de Interior y de Seguridad Nacional, respectivamente. A su vez, el multimillonario Howard Lutnick fue nominado para ser el secretario de Comercio durante la nueva administración.
Un nombramiento llamativo fué el del ex jugador de fútbol americano, Scott Turner, al frente de Urbanismo y Vivienda, así como el de la ex ejecutiva de la compañía de lucha libre World Wrestling Entertainment, Linda McMachon, cómo secretaria de Educación.
El ex congresista por Georgia, Doug Collins, fue nominado como secretario de Asuntos de los Veteranos, y completan la nómina el antivacunas Robert F. Kennedy Jr al frente de la secretaría de Sanidad y el designio al frente de Defensa de Pete Hegseth, un ex presentador televisivo de Fox investigado por abuso sexual.
Todas las nominaciones deberán ser confirmadas por el Senado estadounidense, que contará con una mayoría republicana desde enero, para darle la forma final al gabinete de Trump.