Fernanda Russo, la tiradora que se clasificó a París 2024 y competirá en sus terceros Juegos Olímpicos, tuvo una actuación decisiva con un equipo en la Bundesliga alemana
La historia cuenta que Fernanda Russo tuvo su estreno en los Juegos Olímpicos con sólo 16 años. En el primer día de competencia en Río de Janeiro, la misma jornada que Paula Pareto logró la histórica dorada, la tiradora emocionó a toda la Argentina con sus lágrimas luego de terminar entre las mejores 20 de su disciplina, el rifle de aire.
El tiempo pasó y Fer no se detuvo. Todo lo contrario, creció. Y lo hizo superando obstáculos de todo tipo, emocionales y deportivos. Ganó medallas en los Juegos Panamericanos y, en la antesala de los postergados Juegos de Tokio 2020 que se realizaron en 2021 en Japón, casi no compite por un furioso coronavirus que la dejó en la cuerda floja. Después de eso, se replanteó su carrera deportiva. Y en paralelo, comenzó a estudiar la carrera de Gestión Deportiva en la UADE. Las que la conocen, saben de su pasión por intentar mejorar todas las condiciones del deporte en Argentina.
Con el nacimiento del 2024, y después de haber logrado una histórica tercera medalla al hilo los Juegos Panamericanos de Santiago el año pasado, conquista que le aseguró una nueva clasificación olímpica para estar en París a fines de julio, Russo acaba de lograr un nuevo hito en su brillante carrera deportiva. Pocas horas después de brindar por la llegada del año nuevo, se tomó un avión con destino a Europa para competir.
Primero, se consagró campeona de la Copa Meyton en Innsbruck, Austria, la misma ciudad en donde hace una década, ganó su primera competencia internacional con 14 años. Acto seguido, se mudó a Alemania para competir con un equipo local de la única liga profesional que existe en el mundo de tiro deportivo. Desde Kempten, el sitio que le da nombre al club donde compite, la riojana por adopción habló con Infobae tras ser decisiva para el ascenso a la Primera División de la Bundesliga alemana. Como en el fútbol, pero con un rifle en sus brazos.
“Es una felicidad tremenda y me hace ilusionarme un montón de acá para adelante, porque es como que se abren, se están abriendo puertas. Es hermoso sentir que me tienen en cuenta de esta manera, sabiendo que podrían tener en cuenta cualquier otra persona, cualquier otra europea, cualquier otro europeo, porque no hay distinción de género”, explicó Fernanda, que fue la que sumó más puntos del equipo para alcanzar la gloria en su tercer intento de alcanzar la máxima categoría en las pruebas de rifle con aire comprimido.
Más allá del logro en sí mismo, a Russo se la escucha disfrutar de ser parte de un evento único para su deporte. “Manejás mucha presión, o sea, el nivel de hinchada que tenés a veces es muy parecido a lo que hay en los partidos de fútbol. Obviamente, con menos concurrencia en la segunda categoría, pero en la Primera sí tiene muchísima concurrencia de público y se hace en estadios”, relató sobre cómo es vivir la experiencia de competir en un ambiente ruidoso y con bullicio en una disciplina que necesita de extrema concentración al momento de efectuar los tiros.
“Entrenar bajo presión y con distracciones nos sirve. Además, es una liga súper prestigiosa. O sea, en la historia un montón de tiradores exitosos han pasado por acá y la mayoría de los equipos de primera ya tienen el cupo de extranjero ocupado por alguien que está dentro del top ten mundial”, explicó la tres veces medallista panamericana sobre el nivel del torneo en el que participa desde hace varios años.
Más allá de la competencia, Fernanda rescató el valor que tiene para ella compartir en un equipo cuando su disciplina es 100 por ciento individual desde la concepción. Junto a Klaus Schneider (su entrenador), la atleta argentina se integró y forjó una amistad con el resto de sus compañeros (Marie Müller, Teresa Oberhauser, Dominik Schwarter, Stefan Müller, Jacqueline Geggler y Christoph Dürr).
“Están eligiendo dejarme dentro del equipo sabiendo que podrían invertir en otra persona. Así que es hermoso. Es un club muy familiar, grande, pero donde todos aportan su granito de arena y es súper casero todo. Es como que al margen de la dimensión de que hay un montón de tiradores y todo, todas las personas aportan su grano de arena al club y el sentido de pertenencia es súper fuerte”, expresó una de las referentes del deporte nacional sobre el sentido de pertenencia que se genera en un competencia que reúne a miles de tiradores en uno de los países con mayor tradición olímpica en la historia de la disciplina.
“Me enseñan el idioma, como quieren aprender de mis cultura, están tan interesados en mi forma de pensar y de ver el mundo en general que es impresionante, sobre todo porque uno percibe al europeo siempre como un poco más frío, un poco más distante, y la verdad es que conmigo no son para nada así. Los intercambios que se dan dentro del equipo son hermosos y la verdad es que encontré una familia. Es más, me ayudaron a salir después de un momento muy difícil en su momento en el 2021, después de Tokio. Literalmente, están en las buenas y en las malas. Y el resto del año, cuando estoy en Argentina, están súper pendientes de mí, o sea, realmente están muy cerca”, agregó sobre el intercambio con el resto del equipo Kempten.
Más allá de la experiencia, Fer Russo tiene un objetivo central para este año. El 26 de julio es el día de la ceremonia inaugural de París 2024, la tercera ocasión en la que participará con los colores celestes y blancos en el evento multidisciplinario deportivo más grande del mundo. ¿Qué valor tiene haber competido en el más alto nivel a menos de seis meses de ir a Francia? Un premio que va más allá de los Juegos Olímpicos.
“A mí ya me llegó la oferta para quedarme, o sea, para tirar en la liga con este club la temporada que viene. Es un objetivo espectacular después de los Juegos de París, sobre todo porque siempre es muy difícil proyectar deportivamente después de vaciarse uno como atleta tras participar en el máximo evento, el que todos esperamos”, relató la atleta de 24 años.
Acto seguido, Fernanda puso sobre la mesa la importancia de haber logrado semejante resultado personal, más allá del del equipo, camino a los Juegos Olímpicos. “Un ciclo olímpico tan corto como lo fue este, que son tres años, fue muy desgastante. Estar acá me está haciendo crecer un montón, pasar por todos estos niveles de presión y aparte también la competencia que tuve en Austria fue increíble. Para que tengas una idea, la relación que yo he podido llegar es que lo que yo he crecido acá en Europa en un mes lo puedo llegar a crecer en un año tirando solamente competencias en Argentina”, explicó.
El tiempo apremia para Fernanda. Mientras viaja a otra ciudad en Alemania para disfrutar de la Primera División de la liga donde competirá la próxima temporada, intenta conectar el resto de su vida: trabajo, familia y amigos. A más de 12 mil kilómetros de distancia, Russo sufre el frío y la nieve de un lugar que parece lejano, pero que para ella es una parada más en una trayectoria que ya lleva una década de esfuerzo y dedicación. De intentar mejorar y buscar su mejor versión. Con la camiseta 10 puesta como cábala y la bandera argentina en el corazón. Próximamente, competirá en una Copa del Mundo en Granada, España, antes de volver a la Argentina y subirse a un tren imaginario que tendrá un parada obligada dentro de poco tiempo en la icónica Torre Eiffel.