Desde que fue elegida como sede del Mundial 2022, Qatar estuvo en el blanco de las críticas por el impacto ecológico del torneo, los derechos de los trabajadores migrantes, las irregularidades en las construcciones de los estadios, los aspectos culturales que atentan contra los derechos humanos, entre otras cuestiones.
Por esta suma de motivos, Francia, el último campeón del mundo, decidió boicotear a la organización del certamen. Siete ciudades francesas, entre ellas París, determinaron que no transmitirán los partidos en pantallas gigantes.
“Para nosotros no hay duda sobre instalar zonas de difusión de los partidos por varias razones: la primera, las condiciones de organización de esta Copa del Mundo, tanto por el aspecto medioambiental como social, la segunda, la temporalidad, que tenga lugar en diciembre”, explicó Pierre Rabadan, teniente de la alcaldía parisina a cargo de los deportes.
En las últimas horas, la capital francesa y Marsella se sumaron a esta decisión que ya habían tomado otros grandes centros como Burdeos, Estrasburgo y Lille.
“Todas estas razones nos muestran que no es un modelo de gran evento que queramos que continúe y que va en contra de lo que queremos organizar en París”, comentó Rabadan en referencia a los Juegos Olímpicos de 2024 que organiza la capital francesa.