El árbitro Gabriel Damiani denunció que “una persona relacionada a Trebolense me quiso sobornar”. El clásico se jugó igual y finalizó 0 a 0.
Por Javier Parenti
El clásico se jugó de manera normal en El Trébol. Sin embargo, no fue un partido más. Sí por el resultado: un 0 a 0 que apenas le cayó mejor a El Expreso, por ser visitante y porque pelea en los primeros puestos. No por lo que había sucedido en la previa: algo de lo que sabían los dirigentes (no el público ni la prensa) y jugadores de ambos equipos, quienes aceptaron jugar ante el aviso por parte del árbitro Gabriel Damiani, quien les dijo: “Una persona relacionada a Trebolense me quiso sobornar”.
Y las cosas no “pintan” sencillas para los celestes de El Trébol, más allá de lo futbolístico. Ni hablar si se comprueba que la persona denunciada corresponde a la comisión directiva (podría ser un vocal). El árbitro, como confió esa noche, realizó la denuncia policial y en ella, según un parte oficial, se consignó: “… minutos antes de comenzar el partido se encontraba en el vestuario cuando se presenta un masculino y verbalmente le ofrece una suma de dinero para que el local gane, propuesta que fue descartada de inmediato”.
Se sabe que los clásicos son partidos aparte. Que hay mucho en juego y por eso hasta se eligen árbitros de otras localidades para que controlen el juego. Ni siquiera uno de la liga. En este caso, para el partido más esperado de la ciudad de El Trébol, la Liga Departamental San Martín pidió uno de la Liga Santafesina, con la que generalmente hay convenios de reciprocidad. Y llegó a dirigir el santafesino Gabriel Damiani. En el partido no hubo problemas y el empate en cero no dejó demasiado margen para discusiones y en lo futbolístico hubo una chance para cada equipo: Benedek para el local en el primer tiempo y Pallero para el Verde.
Pero el partido empezó a jugarse antes. En la zona de vestuarios y con una práctica de la que se hablaba mucho tiempo atrás, o de la que siempre se habla y nunca se traslada a los hechos: el intento de soborno para que un árbitro beneficie a un equipo.
“Entre 20 o 30 minutos antes de que comenzara el partido, el árbitro nos llamó a los delegados de cada club y a la policía al vestuario. Ahí nos comunicó que una persona identificada como parte del club Trebolense lo quiso sobornar y que él no lo iba a permitir. Nos puso al tanto de la situación y también dijo que iba a hacer la denuncia y pasarlo en el informe arbitral”, contó el dirigente Nicolás Giovanini, de El Expreso.
Dicho y hecho por el árbitro. Ayer, llegó el parte policial, consignado por la web elfarodeportivo.com.ar en el que se detalla la denuncia de que “en horas de la madrugada del día 30/04/22 en la comisaría 4ta. de El Trébol”, y en ella señala que “el masculino fue identificado por el propio denunciante” y que “luego de esto se desarrolló el partido con total normalidad”.
Antes de la denuncia, también habló la presidenta de Trebolense, Belén Aguirre, quien manifestó: “Nos anoticiamos de esto cuando el árbitro nos puso en conocimiento que una persona, que desconocemos quien es, entró al vestuario”.
Asimismo, explicó: “Haremos todas las investigaciones correspondientes. Desligamos totalmente a la institución de un hecho así, somos un club serio, con mucha trayectoria y este hecho me dejó anonadada. Todo lo que puedo decir es lo que nos dijo el árbitro y que llegaremos hasta las últimas consecuencias”.
Pese a esto, tal como figura en la denuncia policial, el árbitro Damiani identificó a quien intentó sobornarlo. Obviamente, no trascendió su nombre, aunque sí que se trataría de “un colaborador del fútbol del club o un vocal de la comisión directiva”.
Por supuesto, tampoco se conoció el monto ofrecido al árbitro para que la victoria sea de Trebolense.
A todo esto, anoche al cierre de esta edición había reunión del tribunal de disciplina de la liga en la que se leería el informe de Damiani. Y tras esto y las actuaciones denunciadas se tomarán decisiones que pueden caerle a Trebolense si se confirma la participación de un dirigente. Esto recién empieza. Y es demasiado grave, lejos de las cuestiones futbolísticas que definen partidos adentro del campo de juego.