El complejo cultural Puerto de la Música, proyectado como un centro de exposiciones, una escuela de música y una sala de conciertos, no sólo es elogiado por su valor arquitectónico y porque sería un polo cultural para toda la provincia, sino que también adquiere una trascendencia para otros sectores de la comunidad, como el que agrupa a músicos y artistas santafesinos.
El secretario general del Sindicato de Músicos de Rosario, Hugo Vitantonio, sostuvo que la iniciativa “tiene una relevancia de carácter estratégico para la puesta en valor de la cultura santafesina”, y elogió la actitud del gobernador Omar Perotti de “rescatar un proyecto que venía de una gestión anterior” porque “es algo poco frecuente en la política, donde todo el mundo quiere tener el derecho de autor de las obras que impulsa”.
Para Vitantonio, “Perotti sabe perfectamente que no va a ser el padre de la criatura, ni tampoco va a ser quien lo inaugure, por el tiempo que le queda de gestión. Y eso es un gesto de alta política, muy importante”.
El proyecto del Puerto de la Música fue diseñado en 2008 por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, uno de los más importantes del siglo XX, quien planificó la ciudad de Brasilia y diseñó el legendario Sambódromo en Río de Janeiro. Sería una de sus últimas obras y la única que el ya fallecido profesional proyectó para la Argentina.
Se trata de un centro cultural con la forma de una media esfera blanca de casi cien metros de diámetro, que se levantaría sobre la ribera del río Paraná, pensada originariamente entre el Parque a la Bandera y el puerto de Rosario. Incluye un conjunto de 20 mil metros cuadrados, con una sala de conciertos para 2500 personas y una explanada de espectáculos al aire libre con capacidad de hasta 25 mil espectadores. Fue presentado por el ex mandatario socialista Hermes Binner, terminó naufragando en medio de disputas políticas, y ahora fue rescatado por el impulso del actual gobernador Perotti.
“El activo no es el hormigón, es la música”
La voz del titular del Sindicato de Músicos de Rosario se suma a la de muchos que respaldan que Perotti haya rescatado esta iniciativa. Para Vitantonio “el activo más importante del Puerto de la Música no es el hormigón sino la música; es decir, los autores, los compositores, los y las intérpretes, cantantes y artistas en general, y el mundo de servicios técnicos de los cuales el espectáculo musical depende para comunicarse debidamente al público”.
La idea del Puerto de la Música –agrega- “es harto más compleja que el Palau para valencianos y catalanes, el Domo cordobés, el Luna Park o los Teatros y Auditorios del modelo siglo XX. Implica trazabilidad, mercado, circulación de bienes y servicios culturales, balanza comercial y, habiendo presencia estatal, impone desarrollo local”.
En su mirada esta dimensión “está por encima de la extraordinaria arquitectura, y es la que otorga relevancia y originalidad al proyecto. Estamos hablando de una plataforma de oportunidades para poder apalancar y poner en valor la producción cultural local y provincial. Por lo tanto ante esa posibilidad, a pesar inclusive de la extraordinaria arquitectura que va a tener el Puerto de la Música, esa gran plataforma es lo que le otorga relevancia y originalidad” a la idea.
Vitantonio recordó que desde que apareció el proyecto se entusiasmó con la iniciativa, por su tarea desde el campo de la gestión institucional y cultural de la ciudad. “Acompañé mucho y me motivó fuertemente para investigar acerca del tema, y a pesar de que no era funcionario ni tampoco parte del equipo político que llevó adelante el proyecto, creo haber hecho junto a otros ciudadanos de Rosario también implicados un aporte para que esta tarea se lleve adelante; entre ellos recuerdo a Jaime Abut, presidente del Mozarteum Argentino Filial Rosario, y al presidente del Teatro El Círculo, Guido Martínez Carbonell”.
“Es un gesto de alta política de Perotti”
El titular del Sindicato de Músicos de Rosario resaltó que la reaparición del Puerto de la Música como proyecto “implica en primer lugar una felicitación a Perotti por asumir esta iniciativa, dándole continuidad a este proyecto que ya venía de otra gestión anterior, otorgándole así la categoría de política de Estado. Es poco frecuente en política -destacó- porque todo el mundo quiere tener el derecho de autor de las obras que impulsa. Y Perotti sabe perfectamente que no va a ser el padre de la criatura ni tampoco quien lo inaugure por el tiempo que le queda de gestión. Por eso, rescatar este proyecto es un gesto de alta política, muy importante”.
En su criterio, los ajustes que restan tienen que ver con “las formas de financiamiento y con la ubicación geográfica. El problema que se genera en primera instancia en torno a la ubicación es porque el staff de asesores de Binner cometió un grave error al proponer el Puerto sobre unos muelles que no estaban dentro de la jurisdicción del Estado provincial”.
Según entiende Vitantonio, “al no tener previamente la autorización del Estado nacional para hacer la obra, el proyecto siguió avanzando pero la autorización nunca se logró. Porque toda esta situación también despertó una actividad muy intensa por parte del lobby del Puerto de Rosario. Perder 300 o 400 metros de muelles para ellos era un problema muy serio y no hubo nunca un proyecto concreto que permitiera trasladar esos metros que se perdían hacía otro lugar que se hablaba en la zona sur”.
El dirigente consideró que “en la gestión económica de la cultura hay mucho de prueba y error. Porque para todas estas acciones lo determinante va a ser la conducta de los públicos. Y acá de lo que se trata es que la cantidad de público que asista al Puerto de la Música a escuchar conciertos de artistas locales, regionales, nacionales e internacionales, esté equilibrada. Porque si no nuestra balanza comercial va a estar demasiado inclinada hacia el lado de la pérdida de divisas y no hacia el ingreso de divisas. Por cada producto artístico que llegue acá, va a haber una salida de recursos de la población y de la economía local que se van a ir en los bolsillos de esos artistas a su lugar de origen. En cambio lo que logremos recaudar con la presentación de artistas locales es la capitalización de nuestros activos, que va a permitir la proyección nacional e internacional de nuestros artistas”.
Para el sector que representa, el Puerto de la Música tiene “una relevancia de carácter estratégico. Y eso es lo más importante. Porque la aparición de este proyecto tiene que resolver los conflictos principales que tenemos para la puesta en valor de la cultura santafesina. Es una inversión muy importante. Entonces lo que está en juego es cómo establecer una relación entre los locales y la globalización, que transforma y actualiza profundamente la sensibilidad media de lo musical y que nos dé la posibilidad de lograr una balanza comercial equilibrada. Si fuera posible -resumió- supeditaría esto en términos transaccionales, pensando en el producto local como la marca constitutiva”.