Pasaron ocho años para que Argentina volviera a lograr una medalla de oro, desde las obtenidas por Paula Pareto (judo, 48kg), Los Leones (hockey sobre césped) y Santiago Lange y Cecilia Carranza (Vela, Nacra 17 mixto) en Río de Janeiro 2016, y doce desde la última vez que lo había hecho un hombre en un deporte individual, Sebastián Crismanich (taekwondo) en Londres 2012.
El Maligno pasó a la eternidad en un deporte “nuevo” y diferente para los amantes del olimpismo que están acostumbrados a otros deportes tradicionales como la esgrima y la gimnasia y el atletismo, entre otros. José Torres Gil consiguió lo que nadie había conseguido, un puntaje de 94.82 que marcó un récord en la corta historia del BMX freestyle en la máxima cita multideportiva que había debutado en el programa olímpico en Tokio 2020.
Además el nacido en Bolivia pero radicado en Córdoba desde los 11 años, dejó este miércoles una marca imborrable que muy pocos atletas lograron, ser campeón en todo el ciclo olímpico. Desde Asunción 2022 pasando por Santiago 2023 hasta llegar a París y coronarse en el olimpo.
El camino a París
Torres tuvo dos chances clasificatorias, primero el Preolímpico en China y luego en Budapest. En la clasificación general no había logrado la plaza olímpica pero debido a una reasignación por parte de la Unión Ciclista Internacional, que tuvo mucho que ver con el noveno puesto alcanzado en el Mundial 2023, el Maligno entró entre los doce riders que buscarían llegar a lo más alto en París 2024.
La fase clasificatoria fue el martes y solo nueve de los doce participantes llegarían a la gran final. Torres quedó séptimo y logró su primer objetivo: entrar a la definición. En el primer día de competencia los riders hicieron dos pasadas y se promedió el puntaje para obtener el registro final. El Maligno quedó con 86.66 de promedio arriba de un brasileño y un letón, los últimos en alcanzar la final.
Este miércoles la etapa definitoria fue distinta: se realizaron dos rutinas con la diferencia que se eliminaría el peor registro y quedaría como válido el mejor puntaje. Así fue como el argentino hizo una primera pasada para la historia que lo llevaría a quedarse con la dorada con su puntaje de 94.82.
“Estoy muy feliz, no puedo entender lo que está sucediendo. Seguro cuando llegue a la Villa Olímpica voy a comprender lo que sucedió. Trato de no mostrar mis emociones porque no quiero dar pena a nadie, pero estoy derrumbado en este momento. En la clasificación la pasé mal, pero hoy logré disfrutar”, comentó el cordobés en la zona mixta.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, fue el encargado de entregarle la medalla al deportista argentino. El italiano es miembro del COI desde 2020 después de cinco años en los que el fútbol no tuviera representación en la máxima institución olímpica.
“Estaba esperando que pase el australiano, cuando vi que no me superaba supe que ya tenía una medalla. En ese momento no me importaba el orden, pero después cuando solo quedaba el británico que podía ganar la de oro no quería ni ver la ronda de él. Cuando terminó su ronda y vi que no hizo uno de los trucos fuertes que tenía que hacer, me di cuenta automáticamente que éramos de oro”, comentó Torres sobre el momento en el que supo que iba a subirse a lo más alto del podio.
El camino no fue fácil para Torres que fue medallista dorado en los X Games 2023 en California, el evento de deportes extremos más importante. “Fui cambiando los objetivos, el primero era entrar a los Juegos Olímpicos, el segundo entrar a la final que ya era muy difícil y cuando ya entraste ahí cambian todos los objetivos. Armé mi ronda y sabía que si lograba hacerla iba a entrar al podio de alguna u otra manera, y cuando la hice me sentí muy satisfecho. Sentí que le pude poner presión a todos los atletas. Siempre me siento menos pero esta vez fue la primera que me pude sentir a la par después de mi rutina”, confesó el atleta argentino.
Esa rutina fue pensada después de clasificar a la final: “Cuando entrené sentí que algo diferente había hoy. Espero poder organizar una bicicleteada para mostrar la medalla, ya estoy ansioso de volver a casa y ver a toda la familia”.
El cordobés, quien deberá comenzar una etapa de recuperación física por las lesiones del lado izquierdo de su cuerpo, se refirió a toda la delegación nacional: “Nos está costando mucho ganar medalla y todos los atletas hacen un trabajo inmenso representando a su deporte. Era matar o morir, por suerte no morí”, concluyó el Maligno que quedará inmortalizado dentro de las 22 doradas que tiene la delegación argentina desde 1896.