El lunes próximo comenzará el juicio por el femicidio de Verónica Soulé, una mujer de 31 que fue quemada con alcohol el 17 de marzo de 2020 en su vivienda de la localidad de Casas -departamento San Martín- y falleció cinco días después en el Hospital Provincial de Rosario. En la causa está imputado Lisandro Cabral, el compañero de la víctima, quien desde junio de ese año está bajo régimen de prisión preventiva a la espera del juicio.
Este caso conmocionó a la región porque en principio prevaleció la versión que brindó sobre lo ocurrido el presunto femicida, quien aseguraba que la mujer se había rociado con alcohol y prendido fuego con intenciones suicidas. Los agentes judiciales que intervinieron tomaron por cierta esa teoría hasta que la madre de la víctima contó los detalles de la conversación que mantuvo con su hija antes de que perdiera el conocimiento y se hallaron pruebas en la vivienda que contradecían los dichos de Cabral.
De allí en más, los familiares -contenidos por las agrupaciones de defensa de los derechos de la mujer- buscaron ayuda legal y comenzaron a reclamar tanto por el esclarecimiento de lo ocurrido como por la tenencia de los hijos de la pareja, que quedaron al cuidado de los abuelos paternos.
La investigación judicial apunta a determinar la responsabilidad del marido de Andrea Soulé, quien se cree que el 17 de marzo de 2020 fue rociada con alcohol y prendida fuego, lo que provocó las heridas que derivaron en su fallecimiento.
Las sospechas fueron suficientes como para que el juez Pablo Ruiz Staiger dictara la prisión preventiva al único acusado en la causa quien permanece detenido desde entonces en la alcaidía de Sastre, la cabecera departamental.
Este lunes, la organización Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá) convocó a participar de una concentración frente a la Fiscalía de San Jorge a partir de las 8, donde se desarrollará una radio abierta, entre otras actividades, mientras se desarrolla la primera audiencia del juicio a cargo del tribunal presidido por el Juez Nicolás Falkenberg e integrado por Sandra Valenti y Luis Octavio Silva.
Los detalles del caso
El marido de Verónica fue imputado como sospechoso de haberla asesinado prendiéndole fuego con alcohol bajo la figura de homicidio calificado agravado por el vínculo. El juez le impuso prisión preventiva mientras tramita el juicio. Aunque la mecánica de cómo ocurrieron los hechos aún no está establecida, los indicios que se colectaron apuntan a Cabral, quien mantenía una relación abusiva con Verónica, según cuentan los familiares y vecinos.
Los médicos del Hospital Provincial de Rosario, donde falleció la mujer, reportaron que al momento de su ingreso su cuerpo estaba quemado en un 88 por ciento.
Según allegados y familiares, entre ellos sus dos hijos, Soulé era víctima de violencia por parte de su pareja, por lo que intentan probar ante las autoridades que su muerte se trató de un femicidio y no un suicidio, como sostiene Cabral y como la Justicia encaminó el comienzo de la pesquisa.
Andrea y Graciela, la hermana y la madre de Verónica lideran la lucha por conocer la verdad y lograr la restitución de los hijos de la pareja, quienes quedaron al cuidado de sus abuelos paternos.
Fue Graciela, la madre de Verónica, y una hermana menor quienes trasladaron a Verónica hasta el hospital. Ella relató que su hija se encontraba en shock y casi no se movía y aseguró que alcanzó a decirle: “Me quiere sacar a los chicos”. Además, se negó a que la llevaran al hospital de Cañada Rosquín, porque allí vive la familia de su pareja “y eso le causaba desconfianza”, contó Graciela a La Capital y narró que la primera asistencia la recibió en el Samco de Carlos Pellegrini. Desde allí la trasladaron al hospital de El Trébol y luego la derivaron a Rosario.
Andrea Soulé, hermana de Verónica, contó que el día en que se produjo el episodio, pasada la medianoche, los vecinos escucharon una pelea. Luego una explosión a la que le siguieron gritos. La madre de Verónica contó que la despertó su yerno, mientras le mostraba las manos quemadas para reforzar su versión. Dijo que trató de ayudar a Verónica, que intentaba suicidarse prendiéndose fuego con alcohol.
“Llegó a la casa de mi mamá diciendo que Verónica se había prendido fuego y que él la había salvado. Le preocupaba más que le creyéramos que la vida de mi hermana”, recordó Andrea, y agregó: “Mi mamá y mi otra hermana salieron corriendo a buscarla”. Tras recorrer los 50 metros que separan una casa de la otra, se encontraron con una imagen desgarradora. La mujer yacía en el piso del baño, “sobre un charco de agua mezclada con cenizas”.
Con la ayuda de las organizaciones de defensa de los derechos de la mujer la familia logró que tome intervención la Fiscalía de Violencia de Género. Allí cobró fuerza la versión que acusa a Cabral tras una pericia en la que especialistas del cuerpo de Bomberos Zapadores de Santa Fe reconstruyeron la mecánica de cómo se originó el fuego en el cuerpo de Verónica. Desestimaron que se encontrara de pie, como narró su pareja, lo que hubiese originado quemaduras en su rostro y el cabello, datos que no coinciden con los de la autopsia.
La fiscal también aportó elementos hallados en el lugar del hecho como encendedores, ropa incinerada en un balde plástico y una cinta de embalaje con pelos de la mujer. También testimonios que daban cuenta sobre la violencia a la que fue sometida la victima a lo largo de los años de convivencia de la pareja.
Además, la fiscal atacó la declaración de los hijos “por contaminación discursiva” del propio padre. Los menores sostuvieron que su mamá fue quien se arrojó alcohol en el dormitorio tras la discusión mantenida con el padre y que su progenitor fue detrás de ella para salvarla. Las fallas de ese relato aportarían certezas en la búsqueda de la verdad, ya que las evidencias indican que los niños no vieron en realidad el momento en que se inició el fuego.