El Gobierno tuvo que dar marcha atrás con el aumento a los legisladores


Tras el fuerte rechazo social que despertó el aumento del 30 por ciento en los ingresos de los legisladores nacionales, firmado por el titular de Diputados, Martín Menem, y su par del Senado, Victoria Villarruel, el bloque de La Libertad Avanza (LLA) de la Cámara baja se vio forzado a presentar un proyecto para dar marcha atrás con el incremento. Pese a que la anulación de la suba en las dietas de senadores y diputados podría resolverse con una simple resolución administrativa de la propia Villarruel y de Menem, el oficialismo apostó a una puesta en escena según la cual Javier Milei se habría enterado del aumento a través de los medios de comunicación y luego habría ordenado su anulación. En la entrevista del jueves por la noche en el canal LN+, el Presidente reforzó la idea: “Que los diputados no me vengan con que la plata no alcanza, que muchísima gente la está pasando peor”.  

Lo llamativo fue que, hasta poco antes de recular, los voceros de LLA defendían públicamente el incremento.

El aumento de las dietas a los legisladores pegó en la línea de flotación del discurso anticasta del presidente Milei: mientras el salario mínimo fue fijado en 202 mil pesos, el incremento anunciado para senadores y diputados llevaría sus dietas a más de 2 millones de pesos mensuales.

Hasta la mañana de este jueves, Menem defendía el aumento y pedía, como argumento en su favor, que se comparan sus ingresos con los sueldos de las legislaturas provinciales, los jueces, los trabajadores de la AFIP o del Banco Central de la República Argentina. “Los diputados no cobran ni antigüedad, ni título, ni aguinaldo”, dijo el presidente de la Cámara de Diputados. “Todos los jueces ganan más que un diputado, todos los secretarios judiciales ganan más que los diputados”, apuntó Menem y pidió revisar entonces los niveles salariales en los tres poderes del Estado e incluso las Legislaturas provinciales.

“El Poder Legislativo todos los años tiene su actualización. Es la primera vez que el Poder Legislativo actualiza como docentes y salud (sic), siempre estaba por encima”, insistió Menem. No obstante, después debió admitir: “Si toda la gente está haciendo un esfuerzo, el Poder Legislativo no tendría que ser ajeno a esto, sobre todo diputados, senadores y funcionarios que tienen la posibilidad de cobrar más” que el resto de los trabajadores, explicó el firmante del aumento de las dietas.

Otro importante socio político de Milei, José Luis Espert, también salió en defensa de los aumentos otorgados a ellos mismos. “Un miembro de la Corte Suprema está en 12 millones de pesos; un director del Banco Nación en 7 millones de pesos. Si hubiera que aplicar una regla, todos los funcionarios deberían cobrar el sueldo de un diputado”, sostuvo el legislador de Avanza Libertad y presidente de la comisión de Presupuesto. “En Diputados están haciendo ajustes muy fuertes en contratos y publicidad para mejorarnos la dieta a nosotros”, se justificó el economista liberal.

El opositor dialoguista Miguel Pichetto también dio sus argumentos a favor. Dijo que había un “notorio atraso” en las retribuciones que reciben los legisladores nacionales por el trabajo que realizan y la alta responsabilidad que tienen. Para el jefe del bloque Hacemos Coalición Federal, un haber de cerca de 2 millones de pesos “es razonable en términos de una responsabilidad pública e institucional”.

La resolución del aumento de las dietas firmada por Menem y Villarruel siguió a la ley de enganche por la que senadores y diputados tienen sus ingresos atados a los de los trabajadores del Congreso. El mes pasado, los gremios del sector consiguieron un 28 por ciento de aumento en dos cuotas (16 en enero y 12 en febrero). Lo mismo se reflejó en los recibos de sueldo de cada uno de los 257 diputados y 72 senadores. En febrero (último mes liquidado) el sueldo en mano de los legisladores nacionales fue de 1.984.770,96 pesos. De aplicarse un nuevo aumento del orden del 30 por ciento, quedaría en 2.580.202,24 pesos.

El aumento se conoció el miércoles y menos de 24 horas después, tras la repercusión negativa de la noticia, el oficialismo dio marcha atrás. En la tarde-noche del jueves, el propio Menem lo confirmó: “Por orden del presidente Javier Milei, vamos a presentar un proyecto para retrotraer el aumento que fue otorgado a diputados y senadores de la Nación de manera automática, debido a la resolución 0013/11 firmada por el expresidente del Senado Amado Boudou y el expresidente de la Cámara de Diputados Julián Domínguez en el año 2011”. “Los diputados y senadores de la Nación bajo ningún punto de vista deben quedar ajenos a realizar el sacrificio que está realizando el pueblo argentino para salir de la crisis”, se justificó, atribuyendo la decisión de LLA a viejos enemigos políticos. 

Lo que no dijo es que no hace falta una ley para “retrotraer” lo que él mismo firmó. Solo hace falta una resolución de igual tenor, como ocurrió con la decisión que tomaron durante la pandemia la entonces vicepresidenta Cristina Kirchner y el entonces presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, que desengancharon las dietas de los legisladores de los aumentos a los trabajadores del Congreso.