El exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas, detenido el viernes pasado luego de una violenta irrupción policial en la embajada de México en Quito, volvió a la cárcel tras haberse recuperado en un hospital de una descompensación que un parte policial atribuye a una posible sobredosis de medicamentos y que las autoridades penitenciarias relacionan con su negativa a ingerir alimentos.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad (SNAI), la agencia penitenciaria del Estado, indicó sin más detalles que Glas “acaba de ingresar al Centro de Privación de Libertad” de La Roca, la cárcel de máxima seguridad del país. El exvicepresidente permaneció en observación médica durante las últimas horas en el Hospital Naval de la ciudad de Guayaquil.
El SNAI señaló que Glas presentaba “parámetros de salud estables y dentro del rango de normalidad”, por lo que podía recibir el alta médica correspondiente. En la cárcel de La Roca, apuntó la agencia penitenciaria, se velará “por la protección de la integridad física” de Glas.
Andrés Villegas, abogado de Glas, consideró escueto el comunicado del SNAI y se quejó por la falta de información oficial sobre el paradero de su defendido. Un parte policial, al que tuvo acceso la defensa de Glas, menciona una presunta intoxicación con medicamentos, mientras que el servicio penitenciario se refiere a una descompensación por falta de ingesta alimenticia.
La excandidata presidencial del correísmo, Luisa González, denunció que ni la familia ni los abogados de Glas pudieron verlo en el sanatorio. El expresidente Rafael Correa divulgó en la red social X imágenes de una caravana de vehículos de seguridad con un mensaje sobre la salida de Glas del hospital: “El retorno de Jorge Glas a La Roca, prisión de alta seguridad. Felizmente no es perseguido político… ¡Criminales!”.