Siguiendo con su campaña de instalar que existe un fraude electoral en ciernes, La Libertad Avanza presentó ante la Justicia un desopilante escrito señalando que hace 24 días, en la primera vuelta, hubo una falsificación de la elección. No presentó ni una mínima prueba en el escrito firmado por Karina Milei y Santiago Viola, los apoderados de la LLA. Pero en el texto le dicen a la jueza María Servini que la Gendarmería se llevó las urnas en numerosos distritos, tiró a la basura el acta firmada por las autoridades de mesa y los fiscales de todas las fuerzas, y reemplazó esas actas por otras en las que, supuestamente, se perjudicó a Javier Milei. La supuesta denuncia, en realidad, sólo trata de empezar a justificar un discurso de fraude ante el hecho -ya advertido públicamente por la justicia electoral- de que, en mesas donde hay 350 votantes, LLA apenas entregó 70 boletas.
El escrito no se presenta como una denuncia, sino que “ponen en conocimiento” de Servini “una serie de conductas irregulares que habrían tenido lugar en los comicios del 22 de octubre”. Pero en el párrafo siguiente hablan de “fraude electoral” e incluso “fraude electoral colosal”, es decir de un delito. Pero, como no se refieren a ni a una mesa en particular, no acusan a ninguna persona como correspondería. Es decir, no hay denuncia concreta.
En las páginas 3 y 4 describen lo que, aparentemente, descubrieron con tanto atraso:
* “Al cierre del horario de votación, se entregó la planilla con el escrutinio y la documentación pertinente a las fuerzas de seguridad”.
* ”Y aquí aparece la Gendarmería Nacional. Durante un tiempo, el necesario, cambian el contenido de las urnas y la documentación por otras que modifican en favor del partido gobernante y Sergio Massa, lo cual altera el resultado electoral”.
* ”Si en la documentación original se estableció LLA 40 votos y Unión por la Patria (UxP) 10, ellos consignan falsamente lo contrario. UxP 40 y LLA 10”.
Semejantes afirmaciones requerían que pusieran ejemplos, aportaran pruebas, Karina Milei y Santiago Viola se despacharon con la siguiente frase: “Obviamente, por razones de seguridad personal, las personas que nos han comunicado dichas cuestiones prefieren mantenerse en el anonimato”.
Lo cierto es que el 22 de octubre hubo fiscales de las cinco fuerzas que participaron de los comicios, no sólo de LLA, de manera que los apoderados “libertarios” suponen que UxP engañó a todos. Y lo más notorio, más allá del anonimato, no señalan una sola mesa donde habría ocurrido alguna irregularidad. Afirman que hubo casos en CABA, Provincia de Buenos Aires, Misiones, Chaco y Tucumán, sin poner el menor ejemplo. Por supuesto eso deriva en que mencionan un delito pero no pueden acusar a nadie.
La conclusión del disparatado texto es que piden que, para el balotaje, la Gendarmería sea reemplazada por la Fuerza Aérea y la Marina, “fuerzas honorables”.
Preparando la cancha
Como señaló la Junta Electoral de la Provincia de Buenos Aires, integrada por tres magistrados, Sergio Torres, Roberto Lemos Arias y Alejo Ramos Padilla, la fuerza que encabeza Milei no entregó para el balotaje del domingo la cantidad suficiente de boletas: apenas 70 en mesas con 350 votantes. Los libertarios dicen que como las boletas se las roban, sus fiscales llevarán las necesarias. De manera que lo previsible es que en muchas mesas no haya boletas suficientes, pese a que el Estado le pagó a LLA una vez y media el padrón electoral, o sea 525 boletas por mesa. El partido de Milei perfectamente podría haberle dado las boletas necesarias a la Justicia electoral -por ejemplo 250- y quedarse con otras tantas para suministrarlas en caso de faltantes. No hay ninguna razón para que no hayan entregado las necesarias, teniendo el cuenta que el Correo Argentino las distribuye y llega a todas las mesas del país.
Lo que de verdad está haciendo la fuerza de Milei es preparar el terreno para justificar una eventual derrota argumentando que sufrieron un fraude electoral. La misma estrategia de Donald Trump y Jair Bolsonaro. Como seguramente Servini y la Justicia electoral desestimarán el contenido del escrito entregado este miércoles -porque no tiene fundamento ni evidencia alguna-, durante la jornada del domingo dirán que ellos “ya venían denunciando el fraude”.
La realidad es que el 22 de octubre no hubo una sola denuncia y que hasta en una elección muy pareja, como la de La Plata, por ejemplo, el escrutinio final demostró que el resultado se correspondió casi milimétricamente con el conteo provisorio.
Una vez más, el sistema electoral ratificó que es sólido y confiable, gracias a que se basa en el control popular: autoridades de mesa, casi siempre docentes, fiscales de todos los partidos, que cuentan los votos y firman las planillas. Si hay inconsistencias, se revisan las planillas y, en último caso, se abre la urna y se cuentan nuevamente las boletas.