Con lo justo y sin sobrarle nada. Así logró Rosario Central su primer triunfo en el Grupo G de la Copa Libertadores. Ante una multitud en su estadio de Arroyito, derrotó por 1 a 0 a Peñarol de Montevideo en un tenso duelo entre dos equipos con orígenes ferroviarios. Carlos Quintana señaló el único gol de la noche y después, el local sostuvo la diferencia.
El próximo martes, los rosarinos se trasladarán a Belo Horizonte para enfrentar a Atlético Mineiro, que en el otro partido de la zona goleó 4 a 1 a Caracas F.C.
Una hora antes del comienzo del partido, hubo incidentes entre hinchas de los dos equipos. En la bandeja superior de la tribuna que da a la avenida Génova, la seguridad ubicó a los parciales de Central, mientras que en la inferior se les dio cabida a 4000 hinchas de Peñarol que arrojaron bengalas. Los hinchas rosarinos contestaron lanzando hacia abajo unas vallas metálicas que estaban en el borde de la tribuna. La violencia se extendió por casi cuarenta minutos hasta que la policía de la provincia intervino y retomó el control de la situación.
En la última jugada del primer tiempo, Central se puso en ventaja: Malcorra ejecutó un corner desde la izquierda, el cabezazo de Mallo se estrelló en el travesaño y Quintana, con una cabriola, anotó el 1 a 0. Hasta allí, los rosarinos sólo habían llegado con tiros desde afuera de Campaz y Malcorra. Peñarol ni siquiera eso. Pero el segundo tiempo resultó muy diferente.
Central se retrasó para salir de contratataque y perdió el control del juego. Y Peñarol se adelantó. Una media vuelta de zurda de Silvera que se fue por encima del travesaño y otro remate bombeado del delantero uruguayo que Quintana salvó de cabeza sobre la línea pusieron al “Carbonero” al filo del empate. En el cuarto de hora final, Russo armó línea de cinco con la salida de O’Connor y la entrada de Komar. Y con la solidez de Quintana, que sacó todo por alto y por bajo, Central aguantó la diferencia y construyó una victoria ajustada.