Como en aquel 18 de julio de 1994, éste 18 de julio de 2024, 30 años después, también se transita en feria judicial. El Palacio de Tribunales está vacío, en silencio. Frente a ese edificio, que en el caso AMIA simboliza la ausencia de justicia, no hubo silencio sino una asombrosa cantidad de gente que no se quiso plegar al acto oficial, el de Javier Milei ahora y el encabezado por las autoridades de AMIA y DAIA. Los familiares y amigos de las víctimas del atentado, agrupados en Memoria Activa, se congregaron para manifestarse, no sólo porque en 30 años no se esclareció quiénes fueron los autores del ataque, sino también porque hubo desidia, encubrimiento y maniobras de todo tipo y apuntaron también sobre el presente. “Este año en la tan conocida telenovela titulada Humos de julio, el gobierno presentó el proyecto de juicio en ausencia. Es para cerrar la causa AMIA sin verdad y sin justicia”, dijo la referente Diana Malamud.
Memoria Activa reclamó durante años en ese mismo lugar, todas las semanas, y por los micrófonos pasaron -se vio en un magnífico video- Ernesto Sábato, Mercedes Sosa, Estela Carlotto, las Madres de Plaza de Mayo, el humorista Roberto Moldavsky (desde la primera semana acompañó a Memoria Activa), León Giecco, Mempo Giardinelli, columnista de Página/12, y el recordado periodista de este diario, Mario Wainfeld. Las tres décadas repasadas en la pantalla golpearon a todos: por un lado, por una batalla casi en soledad de los familiares y, por el otro, por esos rostros de quienes murieron en el atentado y de quienes apoyaron las denuncias lunes tras lunes.
Fojas, resultados y juicio en ausencia
“La causa AMIA tiene 490.000 fojas. Presos: cero. Información sobre la conexión local: cero. Es la vergüenza de todos los gobiernos de estos 30 años”, sintetizó Diana Malamud, que junto a Adriana Reisfeld son las referentes de Memoria Activa. Luego criticó el juicio en ausencia y agregó: “Mientras tanto, el presidente le rinde homenaje y honores al que fuera el máximo responsable de la impunidad en la causa AMIA, el ex presidente Menem”.
El fracaso rotundo de la investigación y la causa judicial, las pistas falsas, derivaron en el reciente fallo de la Corte Interamericana que le dio la razón a Memoria Activa, tras 25 años de proceso: “El Estado es culpable de no prevenir el atentado, de no cuidar a sus ciudadanos, culpable de denegar justicia”.
El shofar y después
Todos los lunes a lo largo de las sucesivas semanas, el acto de Memoria Activa arrancaba con el sonido milenario del shofar, el cuerno utilizado en la antigüedad para avisar de los peligros y convocar a las tribus. Este jueves, volvió a sonar frente a Tribunales.
Y, después, sucesivamente accedieron al micrófono el abogado de Memoria Activa, Rodrigo Borda; la directora del CELS, Paula Litvachky, el rabino emérito Daniel Goldman y, el cierre, a cargo de Malamud.
“La SIDE supuestamente controlaba a iraníes y libaneses vinculados a Mohsen Rabbani y la embajada de Irán -contó Borda-. Les tenían todos los teléfonos intervenidos. Y sin embargo, se cometió el atentado en sus narices. Ahí está la responsabilidad del Estado argentino. Y ahora quieren darle un cierre a la causa AMIA con un juicio en ausencia, convalidando una investigación fracasada. La ley vigente no obstaculiza que se pueda saber la verdad, pero eligieron el camino de revivir la SIDE, que obstaculizó la investigación”.
Borda explicó que un juicio, como el juicio en ausencia que se pretende establecer, siempre es impactante. “Pero un juicio no puede ser un monólogo, es una controversia. Además, en este caso, está el desafío de convertir informes de inteligencia, que es lo que mayormente hay en el expediente, en prueba judicial. Si lo único que se hace es convalidar la investigación oficial, estaremos ante una maniobra para terminar con el caso AMIA”.
Litvachky habló en nombre del CELS, que acompañó a Memoria Activa en todo el proceso -se inició en 1999- ante la Corte Interamericana. El reciente fallo condenó al Estado argentino por no haber adoptado medidas razonables de prevención, estando el antecedente del atentado contra la Embajada de Israel. También se condenó al Estado por no haber investigado como correspondía y, por el contrario, haber recurrido a maniobras de todo tipo. “No hay verdad ni justicia si el Estado desvía la investigación -señaló Litvachky- incluso de manera dolosa”, en referencia al pago clandestino de 400.000 dólares que se le hizo al imputado Carlos Telleldín para que apuntara contra los policías bonaerenses. “¿Cómo se explica que, si tenían la pista de la participación de Mohsen Rabbani, le hayan permitido irse del país tres años más tarde, en 1997?”, redondeó la directora del CELS.
30 años, una generación
El rabino emérito Goldman mencionó que la cifra 30 años no es ajena a la Biblia. Señaló que 30 años es una generación y deja rastros, deja memoria. “La Biblia también dice, reiteradamente, no temas, no te paralices. Ahí está la clave de la generación que somos. Memoria Activa es un ejemplo de nuestra generación”, completó el religioso.
Seguramente los asistentes sabían, de antemano, que el acto de Plaza Lavalle sería menos pomposo, de menos cobertura mediática, de menos recursos que la convocatoria oficial. Pero el mensaje consistió en mantener la protesta independiente del poder y de los gobiernos responsables de no prevenir ni investigar el atentado.