Hubo beso, abrazo, foto con los anfitriones, foto del bebé (Alberto Fernández mostró una imagen de su hijo en su celular en el momento del saludo protocolar), el tango “Por una cabeza” sonando entre las músicas del salón, y entrada triunfal con cortina holywoodense interpretada por banda al tono. El Presidente y la primera dama Fabiola Yáñez participaron ayer por la tarde (ya noche argentina) de una Cumbre de las Américas con todo el despliegue que corresponde a Los Angeles en el espectáculo de apertura en el Microsoft Theatre (el mismo donde suelen entregarse los Grammy), pero signada por las exclusiones y ausencias (ver nota aparte). Lo cual abre la participación del primer mandatario argentino –hablará hoy en la reunión plenaria en calidad de presidente Pro Témpore de la Celac– a una expectativa especial.
“Esta es una enorme oportunidad. La debilidad de la cumbre es la fortaleza de Alberto”, definieron integrantes de la comitiva. Se referían a una Cumbre de las Américas signada por la decisión unilateral del país anfitrión de excluir a Venezuela, Nicaragua y Cuba, y con posteriores portazos, el más estridente, el de Manuel López Obrador. La voz del presidente argentino, en este contexto y en su condición de presidente pro témpore de la Celac, aparece resaltada y cruzada por una agenda urgente, marcada por las consecuencias de la guerra y la cuestión energética. La posición de Fernández es que no puede haber política internacional con bloqueos y exclusiones, y en cómo decirlo en el discurso que dará hoy en la cumbre trabajó en estos días junto a Santiago Cafiero, con quien terminó de pulir el discurso anoche, en el avión. “La suya será la voz de la sensatez, de la racionalidad”, definió el canciller tras participar de la reunión de Ministros del Exterior, en la que dejó sentadas críticas concretas al rol que jugó la OEA en la región y a la política de bloqueos.
La agenda de Fernández en Estados Unidos
Alberto Fernández llegó al Aeropuerto Internacional de Los Angeles a las 7.37 hora local, 11.37 de Argentina, en un vuelo charter de Aerolíneas Argentinas, junto a una comitiva oficial de doce personas -viajaron otras cuarenta entre voceros, segundas líneas y protocolo, más trece periodistas acreditados. Lo acompañó la primera dama Fabiola Yañez (el hijo de ambos quedó tres días al cuidado de su abuela materna), Cafiero, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, los secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello, y de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz; las secretarias de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación, Cecilia Nicolini; el jefe de Gabinete de Asesores presidenciales, Juan Manuel Olmos y el diputado Eduardo Valdés.
Son tres días intensos para el Presidente y su comitiva. Por la tarde tuvo reunión con el presidente de General Motors, Shilpan Amin, a la que lo acompañaron Massa, Cafiero, Argüello y Béliz. Desde Presidencia se informó que la empresa anunció la producción del modelo Chevrolet Trucker con una inversión de 350 millones de dólares en su planta de Alvear, Santa Fe. En diálogo con la prensa, Massa completó que los empresarios plantearon la necesidad de sacar las leyes de autopartes y electromovilidad (la empresa se plantea la movilidad eléctrica plena para 2035), para completar una segunda inversión de 900 millones.
Vizzotti, por su parte, mantuvo una reunión bilateral con su par de Estados Unidos, Xavier Becerra, con eje en el manejo de la pandemia, la Agenda Global de Seguridad Sanitaria, y los derechos de salud sexual y reproductiva.
Con críticas a la OEA y a las exclusiones
Recién llegado, el canciller Santiago Cafiero participó de la reunión de ministros y ministras de Relaciones Exteriores, por la mañana hora local (mediodía argentino). Allí hizo un fuerte posicionamiento vinculado al rol que ha jugado la OEA en la región: “La OEA nunca más debe legitimar procesos de desestabilización”, afirmó. Y criticó puntualmente: “Repartir sanciones y bloqueos va en dirección contraria a la búsqueda de herramientas efectivas para combatir la desigualdad”. Marcó que “los hechos vislumbran que las medidas unilaterales que aún se llevan adelante en nuestra región han fracasado y solo han generado sufrimiento en la región”. Su discurso, de fuerte tono crítico fue en línea con el del canciller mexicano, Marcelo Elbard (que habló en representación de Manuel López Obrador), que propuso la necesida dde una “refundación de la OEA” (ver nota aparte).
Durante la reunión se ultimaron detalles sobre los textos que los diferentes países vienen trabajando y que ya se vienen consensuado previamente. Son los documentos que en el cierre firmarán las y los Jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos Alberto Fernández. En la búsqueda de este consenso como objetivo prioritario, y más allá de los tonos y críticas que adquirieron los diferentes discursos, se fueron sacando los puntos más discutidos, priorizando la necesidad de arribar a un documento común.
El encuentro fue presidido por el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, y los cancilleres debatieron sobre los cinco Proyectos de Compromiso Político propuestos por el país anfitrión: Plan de Acción Interamericano sobre Gobernabilidad Democrática; Nuestro futuro verde y sostenible; Plan de Acción sobre Salud y Resiliencia en las Américas; Programa Regional para la Transformación Digital; y Acelerando la Transición hacia la Energía Limpia. Se sumaron dos iniciativas: el Proyecto de Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección y el Proyecto de “Declaración de la IX Cumbre de las Américas sobre Buenas Prácticas Regulatorias”.
Restan concretar según la agenda oficial las reuniones bilaterales, con el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, con el presidente de Perú, Pedro Castillo, y con el de Chile, Gabriel Boric, que anunciará un importante proyecto gasífero que involucra a ambos países. Hoy tendrá lugar la cena de honor para los jefes de Estado y jefes de delegaciones, con los Biden de anfitriones, en el Getty Villa, un centro dedicado al arte y la cultura griega y romana construido por un magnate petrolero, cerca de Malibú.