Preocupado por la escalada en la reciente disputa entre el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y su ministro de Economía, Martín Guzmán, por la modificación de las categorías delimpuesto a las Ganancias en el contexto inflacionario, Alberto Fernández decidió interceder y ordenó adelantar el anuncio sobre la suba del mínimo no imponible que el titular de Hacienda tenía previsto hacer efectivo más adelante. Fue un gesto para aplacar los cruces y evitar que escale un nuevo frente de batalla en un Frente de Todos que ya está muy complicado por las internas en torno a la política económica.
El consenso forzado por el primer mandatario se formalizará hoy, durante un encuentro informativo en la Casa Rosada, a las 11.30, del que también participará uno de los jefes de la CGT afines al Gobierno, Héctor Daer. La decisión fue oficializar la media fue el resultado de una serie de diálogos con ambas terminales del conflicto que llegó a su pico ayer.
Los cruces comenzaron hace dos semanas, cuando Massa se sumó a la línea crítica de Cristina y Máximo Kirchner, aunque con un nivel de agresividad menor. Sutilmente, le envió una carta al titular de Hacienda para exigirle que modificara las categorías de Ganancias, un impuesto al cual el jefe del Frente Renovador le presta especial atención porque es central en su principal estrategia de cara al electorado, el “alivio fiscal”. Guzmán le respondió que la modificación de los montos era “obvia”, pero en los días siguientes no avanzó. Hasta que ayer Massa insistió con una advertencia: dijo que si no lo ejecutaba por decreto del Ejecutivo, él presentaría un proyecto en el Congreso para hacer la reforma.
Hacia la tarde,la disputa había crecido a un nivel que el Presidente consideró inadmisible,especialmente cuando sigue abierto el frente de discusión con el kirchnerismo, que se muestra intransigente en las críticas a su política económica por considerar, básicamente, que no protegen lo suficiente el poder adquisitivo de los trabajadores.
Para evitar que las discusiones siguieran hasta un punto de no retorno, ayer por la tarde intervino como el día del primer aviso de Massa. Con la diferencia de que esta vez Le pidió a Guzmán que apurara una puesta en escena para dejar en claro que la voluntad del Gobierno era la misma que proponía Massa. En Balcarce 50 dijeron que la intervención responde a la decisión del Presidente de respaldar a su ministro de Economía, y que buscó protegerlo de una nueva ola de cuestionamientos por un tema sobre el cual, tiempos aparte, hay coincidencia de criterios.
Sergio Massa había insistido en varias oportunidades en la modificación de Ganancias
El encuentro de hoy será un gesto político donde se plasmará la decisión del Ejecutivo de actualizar las alícuotas de acuerdo al RIPE antes de junio, para evitar que Ganancias alcance el aguinaldo. Pero no habría definiciones sobre los montos. Si bien Massa pide que el mínimo se fije en $275.000, en Economía sostienen que aún no están dadas las condiciones para establecer un número concreto. Aseguran quefalta la revisión del FMI sobre el cumplimiento de las metas del acuerdo por la deuda durante el primer trimestre del año, y, luego, que se apruebe el Presupuesto.Recién después -calculan que a partir de la segunda semana de junio- se fijarán los valores.
Desde el punto de vista político, cerca de Massa interpretan que Alberto Fernández consideró “correctas” sus apreciaciones y que medió a su favor. No creen que haya habido un “acuerdo” entre las dos partes, sino que la postura del tigrense se impuso en la discusión, básicamente por la advertencia sobre la presentación de un proyecto de ley para hacer efectiva la actualización de Ganancias a través del Congreso.
En Economía, en cambio, aseguran que lo único que cambió fue el momento, y que simplemente se apuró un anuncio que Guzmán tenía previsto desde marzo, pero que iba a oficializarse cuando estuvieran al alcance las cifras concretas, después de la aprobación de la revisión del FMI y de que el Presupuesto tuviera luz verde. También remarcaron que no hay “ningún ruido” con Massa, aunque tanto en Diputados y en la Casa Rosada admitieron lo contrario.