El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, fue reelecto este domingo en segunda vuelta para un tercer mandato consecutivo, que lo dejó ante la posibilidad de completar un cuarto de siglo en la primera línea del poder. Primer ministro entre 2003 y 2014 y desde entonces presidente, Erdogan salió airoso del mayor desafío que enfrentó en las urnas en todo ese período, en el que por primera vez debió ir a un ballotage.
Luego del escrutinio del 99,7 por ciento de los votos, Erdogan se quedaba con el 52 por ciento de los votos frente al 48 por ciento de su rival, el socialdemócrata Kemal Kilicdaroglu. “Nuestra nación nos confió la responsabilidad de gobernar el país durante los próximos cinco años”, dijo Erdogan a sus seguidores desde lo alto de un micro en su distrito natal en Estambul.
“Hemos abierto la puerta del siglo turco”
“Cada elección supone un renacimiento. Cumpliremos todas las promesas hechas al pueblo”, afirmó Erdogan frente a una multitud que ondeaba banderas turcas. También se produjeron concentraciones espontáneas para celebrar la victoria en otras ciudades, sobre todo en la región de Anatolia, en el centro del país.
“Ahora hemos abierto la puerta del siglo turco, pero la abrimos juntos: juntos hicimos realidad los sueños y las emociones de todos los segmentos de nuestra nación, desde hombres hasta mujeres, desde jóvenes hasta ancianos, desde empleados hasta jubilados”, sostuvo Erdogan, quien no esperó los resultados definitivos del escrutinio para proclamar su victoria y salió ante la multitud desde su residencia de Kisiki, en Estambul, tras conocer que la agencia Anadolu lo daba como ganador cuando el Consejo Supremo Electoral (CSE) había contado un 80 por ciento de los votos.
“Estoy profundamente triste”
Por su parte, Kilicdaroglu expresó su malestar por el futuro de Turquía. “Estoy profundamente triste por las dificultades que le esperan al país”, declaró el líder opositor al hablar en la sede de su partido en Ankara. “Les pido apoyo para continuar con la lucha por la democracia. Se han llevado a cabo las elecciones más injustas de los últimos años“, denunció Kilicdaroglu en alusión a las difíciles condiciones de la campaña electoral.
Todos los medios de comunicación públicos y la mayor parte de los privados se volcaron a difundir el discurso del presidente, dando poco espacio a la oposición. “Doy las gracias a todos aquellos que defendieron las urnas y especialmente a las mujeres y los jóvenes”, agregó el político socialdemócrata en referencia a sus llamados previos a vigilar tanto el proceso electoral como el escrutinio, para impedir intentos de manipulación.
Aunque el CSE aseguró que la votación se desarrolló sin incidentes, el diputado del opositor partido CHP, Alí Seker afirmó, ante la televisora Hark que fue atacado en la provincia de Sanliurfa, en el sudeste del país, cuando denunció que un grupo de hombres estaba intentando votar en nombre de las mujeres de sus familias.
Primeras reacciones
Los comicios en Turquía, de 85 millones de habitantes y miembro de la OTAN, fueron observados de cerca tanto por las potencias occidentales como por los países de Medio Oriente debido a su papel geopolítico clave. Líderes internacionales como el presidente de Rusia, Vladimir Putin; el de Estados Unidos, Joe Biden; el de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; el de Venezuela, Nicolás Maduro; el de Argelia, Abdelmayid Tebune; el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, y el líder militar sudanés, Abdelfatá al Burhan, felicitaron a Erdogan por su victoria.
Putin dijo que el resultado es una “clara prueba” del apoyo de la población turca al mandatario. Luego de que Moscú felicitara al líder reelecto, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, hizo lo propio. “Esperamos un mayor fortalecimiento de la asociación estratégica por el bien de nuestros países, así como el fortalecimiento de la cooperación para la seguridad y la estabilidad de Europa”, dijo el mandatario ucraniano en su cuenta de Twitter.
Dos modelos de país
Unos 60 millones de turcos estaban habilitados para votar si extendían cinco años más el mandato de Erdogan. El presidente de 69 años llegó al ballotage con ventaja en los sondeos pese al deseo de cambio de una parte del electorado, una inflación galopante y denuncias de las restricciones de las libertades en un país en el que hay decenas de miles de opositores presos o en el exilio.
En estas elecciones se enfrentaron dos visiones del país. Kilicdaroglu prometía restaurar la democracia, la independencia de la justicia y de la prensa tras dos décadas de gobierno de Erdogan. El candidato socialdemócrata lidera una coalición de partidos que abarca desde la derecha nacionalista hasta la centroizquierda liberal y recibió el respaldo del partido prokurdo HDP. Pero el economista no logró aprovechar la grave crisis económica.
Erdogan, quien prometió estabilidad y su consolidación en el poder, tendrá cinco años más para ejecutar su gran sueño, el “siglo de Turquía”, la reivindicación de un ideal histórico para el país, coincidiendo con el centenario de la fundación de la república turca por Mustafa Kemal Atatürk en 1923. En cambio, sus críticos entienden que el mandatario se está alejando de los preceptos originales al enfatizar valores tradicionalistas, conservadores y religiosos.