Dani Alves está cada vez más complicado con la Justicia española. Este martes, la Audiencia de Barcelona ordenó que el deportista continúe preso y le negó la posibilidad de pagar una fianza hasta el inicio del juicio en el que está acusado de cometer delitos sexuales. Los magistrados consideraron que existe un riesgo “elevado” de fuga.
El abogado de Alves había pedido la semana pasada que su defendido espere el juicio en libertad condicional, bajo el monitoreo de una pulsera de geolocalización. Sin embargo, la magistrada Anna Marín consideró que no era lo correcto, porque las pruebas del caso “son diversas y no parten solo de la declaración de la víctima“. La contundencia de las pruebas en su contra “aumenta exponencialmente el riesgo de fuga inicial”, consideró el tribunal.
Del mismo modo, los jueces descartaron la posibilidad del pago de una fianza, ya que por más elevada que fuera no representa una “vinculación” del futbolista brasileño al proceso judicial, porque tiene un “abultado patrimonio” que le permitiría volver a su país natal. Con esa maniobra, Alves podría desmarcarse del proceso en su contra, porque no existe tratado de extradición entre ambos países.
Actualmente, Alves se encuentra en el módulo 13, de condenados por delitos sexuales, de Brians 2. Fue trasladado a ese complejo el pasado 23 de enero para “garantizar su seguridad”. Los cargos en su contra incluyen una denuncia por el delito de agresión sexual contra una joven de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona, el pasado 30 de diciembre. Otra chica aseguró que la manoseó “con violencia” la misma noche.
¿Qué hizo Dani Alves la noche del 30 de diciembre?
La joven de 23 años relató cómo fue la noche en la que Dani Alves no respetó su consentimiento. En la denuncia, dio detalles precisos del jugador, como la existencia de un tatuaje en su pelvis. La joven precisó que el brasileño la encerró en un baño del boliche Sutton, donde estaban en el VIP, y que la violó.
“Fui al baño y había un lavabo minúsculo. Dani Alves me metió dentro y cerró la puerta. Yo le dije que quería salir. Me dijo que no podía irme, que le tenía que decir que era su putita. Bajó en ese momento la taza del baño, se sentó y me tiró al suelo. Le dije varias veces que parase“, argumentó la víctima.
“Me agarró de la cabeza y me acercó con fuerza con la idea de practicarle una felación, pero no lo logró. Me abofeteó varias veces con violencia y me violó. Me resistí, pero él era mucho más fuerte que yo. Me pidió que no me moviera hasta que él no saliera primero”, dijo la denunciante, que, además, renunció a cualquier posible indemnización económica.