El defensor de los ocho acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa consideró que los rugbiers deberían ser absueltos en el juicio debido a la “incongruencia” entre la elevación a juicio y la acusación en los alegatos y pidió que, de no ser así, sean condenados por el delito de “homicidio en riña”, que prevé una pena máxima de seis años de prisión.
A continuación planteó que, subsidiariamente, en caso de que los declare culpables sea por “homicidio simple con dolo eventual” y que el Tribunal distribuya sus participaciones, o por el delito de “homicidio preterintencional”.
“No hay dolo, no se pudo comprobar el plan para matar en esos siete minutos, no hubo estado de indefensión, sí hubo una agresión”, aseguró Hugo Tomei, quien además solicitó la nulidad del secuestro de los teléfonos celulares y las prendas de vestir de los imputados al momento ser de detenidos ya que “no se los comunicó los derechos que los asistían”.
En el inicio de su alegato, que comenzó poco después de las 12 y se prolongó por aproximadamente una hora, Tomei adelantó que pediría la absolución de los ocho acusados por el delito de homicidio agravado por alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas”, al destacar “incongruencias” entre el la acusación del requerimiento de elevación a juicio y la formulada en los alegatos de ayer.
Además dijo que el hecho por el cual fueron imputados los rugbiers “no está probado” y que los acusadores “probaron otro hecho” durante el debate.
Tomei aseguró, entre otras cosas, que “no está el dolo”, que “el perito (forense) no pudo determinar cuál de los golpes causó la muerte” de Fernando y que “nunca hubo un plan para matar”,
Por tal motivo, dijo que el hecho “se encuadra en un homicidio en agresión conocido como riña”, previsto en el artículo 95 del Código Penal, por lo que “con la pena que están cumpliendo de tres años quedarían todos en libertad”.
“No me quiero imaginar”, dijo en tono irónico ante la posibilidad de que sus asistidos puedan llegar a ser liberados, tras lo cual insistió: “Pero bueno, creo que ese es el adecuado contexto jurídico en que una sentencia a mí criterio debe ser dictada”.
Tomei dedicó gran parte de exposición a cuestionamientos procesales sobre la acusación de los fiscales y los letrados del particular damnificado durante sus alegatos de ayer, en los que pidieron reclusión perpetua para los ocho acusados.
“Después de los largos alegatos de ayer me estoy encontrando con otro hecho. Pareciera llamativo lo que estoy diciendo, pero si el objeto está descripto en la requisitoria, lo que ayer nos pasó es escuchar (otras) cosas”, expresó el letrado, al asegurar que de lo surgido del debate se ve “afectado el principio de congruencia”.
“Si son ocho los que tienen un altercado adentro del boliche, no puede ser uno, son ocho”, dijo en referencia al incidente entre los imputados y Fernando Báez Sosa dentro del local bailable “Le Brique” de Villa Gesell que, para los acusadores, derivó en el crimen cometido minutos después.
En un tramo de su exposición, el defensor hizo parar a los acusados a Ayrton Viollaz, a Luciano y Lucas Pertossi y a Máximo Thomsen -“el monstruo”, lo llamó con ironía-, mientras repetía las referencias hacia ellos volcadas en la elevación a juicio del caso, que a su entender no se condicen con los lineamientos de la acusación de ayer.
“No hay duda de que toda la evidencia está contaminada, absolutamente toda”, agregó el defensor, quien antes había cuestionado el tenor mediático del caso.
Tomei puso también en duda los testimonios brindados en el debate por el custodio de “Le Brique”, Alejandro “Chiquito” Muñoz, al considerar que si vio lo sucedido desde el lugar donde indicó en un croquis incorporado a la causa es “el hombre nuclear con el ojo biónico”.
En la misma línea, puso en duda las precisiones aportadas por Tomás Bidonde, otro de los testigos del debate oral, y agregó: “Los testigos inconscientemente fueron asumiendo una posición que tiene como contrapartida una sentencia difícil de hacer”.
Finalmente, el defensor expresó: “Espero que la sentencia sea justa, va a ser acatada”.
Minutos antes del inicio de los alegatos de la defensa, Graciela Sosa, madre de Fernando, dijo sus últimas palabras ante el tribunal, tal como contempla la Ley de Víctimas.
“La verdad que nunca pensé que estaría en este lugar. Siempre pensé que algún día mi hijo se recibiría y estaría viendo cómo él defendería a la gente, pero nunca que estaría presenciando el asesinado de mi hijo”, dijo Graciela, tras lo cual pidió que los acusados “paguen lo que hicieron”.