La única definición del Gobierno sobre los festejos por el campeonato mundial llegó recién pasadas las 18 de este lunes y fue con el decreto de un feriado nacional para este martes 20 de diciembre. La decisión tuvo como premisa permitir que porteños y bonaerenses puedan acercarse a dar la bienvenida al plantel liderado por Lionel Messi, que este martes al mediodía partirá desde el predio de la AFA en Ezeiza hacia el Obelisco. Un recorrido que, aunque extenso, en principio no incluiría la Casa Rosada, para lo que hay invitación extendida por el presidente Alberto Fernández, aunque a última hora de ayer había versiones que daban cuenta de la posibilidad de que finalmente se diera esa imagen.
“No hay ninguna novedad”, insistían desde distintos sectores en el atardecer de este lunes. Y mantenían la esperanza de que finalmente fueran, aunque otros ya daban por sentado un desplante.
Apenas comenzaron las tratativas, desde Doha, Qatar, se hizo hincapié en que la decisión sobre asistir o no a Balcarce 50 saldría como resultado de las charlas entre los jugadores, el cuerpo técnico y la AFA. Fue en vísperas del partido con Francia. La última palabra la tenían los futbolistas, indicaron desde la Casa Rosada, cuando arreciaban las versiones de que la negativa más firme surgía del propio titular de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, que antes de la obtención de la Copa América tuvo que surfear más de un embate oficialista que buscaba desplazarlo de su silla. Desde Doha explicaban también que los jugadores habían decidido volver todos al país, fuera cual fuera el resultado del partido ante Francia, para “agradecer” el apoyo brindado por el pueblo. En esa línea no eran pocos los que aludían a que el plantel no quería quedar “pegado” a la política.
En las últimas horas también cobró fuerza un ingrediente no menor: que la interna del propio Gobierno habría impactado en la decisión. En esa línea, funcionarios aseguraban que Máximo Kirchner, de buena llegada a Tapia, habría desalentado una eventual foto del plantel con Fernández.
Cerca de La Cámpora así como del plantel se remitían a decir que la decisión final sería la de los jugadores, alejando todo tipo de elucubraciones. Argumentaban que en 2014, cuando la Argentina se alzó con el subcampeonato del mundo en Brasil, así como en la Copa América, también habían eludido la Casa Rosada y preferido el predio de la AFA, en Ezeiza.
Para la administración de Fernández, el campeonato aporta “oxígeno”, según la definición elegida por distintas fuentes consultadas. “No es que nos salva, pero nos dejó pasar un diciembre tranquilo y en este escenario es un montón”, señalaban. Las previsiones y el afecto despertado por el conjunto de Scaloni superaron incluso las proyecciones más optimistas del oficialismo. “Pensábamos que según cómo le fuera al equipo iba a haber un mejor humor social, pero lo que pasó superó todo. Volvieron una fiesta a una sociedad golpeada y hastiada de todo”, sintetizó un funcionario, para rematar: “El domingo y en la previa no parecíamos un país divido”, resumió.
Para el Gobierno es central participar de alguna manera de los festejos del seleccionado. Ya quedó afuera este fin de semana, cuando el mandatario declinó de viajar a Doha, pese a la invitación que le hizo llegar el Emir de Qatar para presenciar el partido con Francia. Una vidriera internacional que le habría permitido mostrarse, entre otras cosas, una vez más junto al mandatario de ese país, Emmanuel Macron, con quien lo une una excelente relación. O condecorando a los jugadores y cuerpo técnico, en cadena mundial, como hizo el galo en la tarde de este domingo qatarí.
Al momento de evaluar la posibilidad del viaje se tuvo en cuenta el protagonismo ganado por el expresidente Mauricio Macri, quien presenció el Mundial desde los palcos oficiales por su rol como presidente de la FIFA. Tapia habría obturado su presencia en el podio, donde mostró su excelente llegada con Scaloni y los jugadores. Otra teoría más de las que circulaban este lunes en la Casa Rosada.