La alegría desbordante de los jugadores argentinos sobre el césped del estadio Lusail dio paso enseguida a la responsabilidad de verse en una nueva final del Mundial. Será la sexta que dispute la Albiceleste. Anteriormente jugó las de 1930, 1978, 1986, 1990 y 2014. La segunda y la tercera las ganó; las otras tres las perdió.
Argentina estalló de alegría por su selección y también por Messi, que tendrá ante sí la gran oportunidad de ganar el título que le falta y tanto ansía. El crack argentino se quedó a las puertas cuando en 2014 cayó en la final ante Alemania. Un gol en la prórroga de Götze acabó con las esperanzas de un Messi que antes y después de aquello nunca estuvo tan cerca de ser campeón del mundo. Esta vez sí, de nuevo, tendrá la gloria a un solo triunfo en la final del próximo domingo.
La derrota en Maracaná escoció a Messi por cómo se produjo. Argentina pudo ganar aquel encuentro, pero Higuaín no tuvo su mejor día y los alemanes aprovecharon la buena inercia del Mineirazo de las semifinales para llevarse el título con un solitario gol de Götze.
Aquello hizo mucho daño a Messi, que después perdió dos finales de Copa América de forma consecutiva. Hasta quitarse la espina en la pasada edición del torneo continental sudamericano, muchos pensaban que se retiraría sin poder levantar una copa con su selección.
Pese a ello, le falta poner la guinda a su trayectoria siendo campeón del mundo. Un posible título zanjaría muchos debates sobre si es o no el mejor jugador de la historia. Su palmarés sería envidiable. No le faltaría absolutamente nada por ganar.
Las otras finales de Argentina son más lejanas. La primera llegó en 1930 y se perdió ante Uruguay. Luego llegaron dos en un intervalo muy seguido. En el 78, en el Mundial organizado por ellos. Kempes fue el héroe en una final ante la Naranja Mecánica. Después, ya con Maradona en el equipo, se engancharon dos más. La del 86 se saldó con victoria ante Alemania en el gran Mundial de Diego; la del 90, por contra, la perdió Argentina en Italia ante Alemania por un solitario gol de penalti de Brehme. Messi está ante su gran oportunidad. La gloria le espera. El título que ansía.