Más allá que las últimas precipitaciones significaron un alivio para algunas zonas productivas, sigue siendo alto el efecto negativo de la sequía y las heladas tardías que complican a las diferentes actividades que se realizan en el campo. Frente a este panorama, la dirigencia de la Federación Agraria Argentina (FAA) reclamó una vez más al Gobierno “celeridad en la toma de decisiones para atender urgentemente la emergencia agropecuaria que atraviesa el país productivo en toda su extensión”.
Ayer, tras una nueva reunión del Consejo Directivo de la entidad, a través de un comunicado se señaló, “más allá de los anuncios oficiales de ayuda y de emergencia, con una ley vigente que debe ser actualizada por insuficiente y desacoplada a las demandas, la realidad es que a nuestros productores les llega mal y tarde, y en muchos casos no se concreta, o no van a llegar a los productores por restrictivas. Urge en los productores vislumbrar un futuro donde el clima acompañe, con una mayor celeridad del Estado para que podamos tener previsibilidad para producir en un país que nos necesita”.
Por otro lado, expresaron que el campo necesita “reglas claras frente a la incertidumbre de producir que generan los pronóstico climáticos adversos para los próximos meses, y una firme decisión de aplicar políticas públicas activas que reviertan el estado de asfixia de los pequeños y medianos productores ante el profundo avance de la concentración económica que nos sigue preocupando”.
Además, pidieron que la política en su conjunto se encuentre “a la altura de las circunstancias frente a las pérdidas de producción de cultivos producto de la sequía y el golpe mortal que las heladas tardías provocaron tanto en cultivos de las economías regionales, con rindes previsiblemente magros en trigo, maíz y soja, con una ganadería y lechería que se perciben seriamente afectadas. Solo asistimos a un Estado ausente frente al drama, que intenta calmar los problemas con parches sin atacar las soluciones de fondo. Pareciera que no comprenden que es lo que está viviendo hoy el productor agropecuario”.
Carlos Achetoni, presidente de Federación Agraria Argentina
En otra parte del comunicado, los representantes de los pequeños y medianos productores manifestaron la necesidad de contar con soluciones de “largo plazo”, en un contexto donde sostienen que los “fondos son insuficientes ante tantos problemas y si no buscamos herramientas acordes y accesibles, continuaremos viendo la desaparición de pequeños productores”. Y al respecto, agregaron que a los problemas del clima adverso, continúan sin resolverse el desdoblamiento cambiario, la alta inflación, la falta de financiamiento, tasas elevadas, y elevada carga impositiva.
Impuestos y Santa Fe
En el terreno de la presión impositiva, Federación Agraria reiteró que entre los impuestos distorsivos se encuentran los derechos de exportación, que son las famosas retenciones, pero además ingresos brutos, anticipos de ganancias. En ese sentido, pidieron la eliminación de los anticipos, como consecuencia de la emergencia climática: “Son sobre una ganancia que, lejos de eso, se pronostica como una gran perdida”, expresaron los directivos de FAA.
Otra de las entidades que expresó su preocupación por la ausencia de medidas para hacer frente a la situación de sequía y heladas tardías, fue la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (CARSFE), desde donde advirtieron que en la mencionada provincia y con datos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), sobre “las catastróficas pérdidas que se verifican en la producción de granos finos (la producción invernal), la severa afectación que experimentan las llamadas producciones regionales (carne, leche, avicultura, miel, entre otras), y la amenaza latente de que la cosecha gruesa (soja, maíz, sorgo y girasol, principalmente) no pueda desarrollarse bajo las condiciones necesarias para alcanzar una cosecha mínimamente aceptable”.
Es por eso que la dirigencia sostuvo que habrá una fuerte reducción de la producción agropecuaria, y por consiguiente del ingreso de divisas por las exportaciones del sector y del dinero que circulará en la provincia. “Se trata de menos ingresos para los productores y toda la cadena agroindustrial y también para los estados de todo orden, municipales, provinciales y nacional”, agregaron desde CARSFE, además de reclamar que se implementen de manera urgente medidas para el sector, entre ellas la declaración de desastre agropecuario, y que la misma sea ratificada por el Gobierno nacional. “Si bien es una herramienta insuficiente, es la única existente”, expresaron.
“Es necesario aunar esfuerzos, sin distinciones políticas e ideológicas, con el propósito de recrear las condiciones necesarias para que hagamos lo que sabemos hacer: PRODUCIR”, se mencionó en la parte final del documento de CRASFE, donde también se hace mención a la necesidad de generar nuevas condiciones que permitan “una rápida reacción productiva: hoy, las empresas agropecuarias están asfixiadas económica y financieramente, y será muy difícil retomar el camino del trabajo productivo si no hay un acompañamiento real y efectivo, que trascienda las declaraciones y se convierta en un estímulo real para la gente del campo”.