Atlético de Madrid necesitaba ganar para seguir con vida en la Champions League. Con Nahuel Molina y Angel Correa desde el comienzo y Rodrigo De Paul al comienzo del segundo tiempo, nunca pudo hacerle diferencia a un duro Bayern Leverkusen. El partido finalizó 2 a 2, pero lo más impactante ocurrió al final de partido: el equipo del Cholo Simeone tuvo un último córner para quedarse con la victoria, la pelota se fue al costado del campo y el árbito Clement Turpin marcó el final del juego. La desazón se consumaba en el Wanda, aunque -a instancias del VAR- el referí dio marcha atrás y pidió revisar una jugada por una mano de un defensor del equipo germano. Juego reanudado y penal para el equipo de Madrid.
Así las cosas, Atlético contaba con una vida más. Yannick Carrasco se paró frente al arquero, pateó y su remate fue atajado el arquero Hradecky. Sin embargo, la pelota quedó viva y aprovechó Saúl Ñíguez para cabecear, pero con la mala fortuna de que el travesaño le ahogó el grito de gol. Una chance más, en ese mismo segundo, fue para Reinildo, a quien le quedó otro rebote y la defensa del Leverkusen sacó de milagro.