El Poder Judicial de Irán declaró que no mostrará “ninguna clemencia” con los manifestantes, tras nueve días de protestas en las que murieron más de 40 personas.
Según la agencia de noticias Mizan Online, el jefe del Poder Judicial, Gholamhossein Mohseni Ejei, resaltó la necesidad de “actuar con decisión y sin clemencia” contra los principales instigadores de los “disturbios”.
Por su parte, el presidente Ebrahim Raisi pidió ayer a la policía actuar con “firmeza” ante las manifestaciones que sacuden el país.
La TV estatal informó que 41 manifestantes y policías murieron en protestas que estallaron luego de la muerte de Mahsa Amini, tras ser arrestada por la policía debido al cumplimiento de las normas de moral islámicas.
Amini, de 22 años, fue detenida la semana pasada en Teherán por llevar su velo de forma incorrecta, con el cual las mujeres deben cubrirse la cabeza y el pecho en Irán y otros países islámicos.
Perdió la consciencia en la comisaría y murió tres días después en un hospital al que llegó en coma. La policía reveló que tuvo un infarto de miocardio, pero su familia apuntó que no tenía antecedentes cardíacos, y que apenas tenía 22 años.
Las protestas para pedir justicia por el caso de Amini fueron organizadas por mujeres y secundadas por sectores reformistas de Irán, que piden por una relajación de la naturaleza religiosa del Estado, y derivó en llamados a derribar a los clérigos no electos que gobiernan el país.
La policía reportó unas 700 detenciones y el Gobierno, que denunció que las manifestaciones están organizadas e incitadas por países hostiles, solicitó a la Justicia que procese rápidamente a los responsables de disturbios.