El atletismo argentino vive un buen presente en el rubro de las carreras de media y larga distancia. Y la que lleva la bandera por estos tiempos es Florencia Borelli, que recientemente volvió a reescribir los libros de historia, al consagrarse campeona en la Media Maratón de Buenos Aires y establecer un nuevo récord nacional y sudamericano, con un tiempo de 1h09m31s.
“Me sorprendo de mi misma. Este último tiempo he podido mejorar las marcas muy progresivamente. A veces, un atleta se estanca o quizas hay años que les cuesta más acercarse a sus mejores marcas. Gracias a Dios no me está pasando, estamos viendo el horitzonte lejos y eso es súper motivante”, dice sonriente la marplatense, a la que le sienta bien correr en Buenos Aires. Es que además de ser campeona de la Media Maratón, el año pasado fue la primera mujer en cruzar la meta en los 42k porteños. “Siempre por deporte he viajado mucho, pero no hay como correr en casa. Y siempre en Buenos Aires me siento como en casa”, asegura.
Después de dejar atrás los largos y duros meses de cuarentena producto de la pandemia en los que, como todos los deportistas, se vio obligada a mudar los entrenamientos a su casa, la atleta de 29 años -que cuenta con el apoyo de Herbalife- recuperó su mejor rendimiento y su ascenso no se detuvo. Los números y logros que consiguió esta temporada no dejan mentir: en febrero, estableció una nueva plusmarca argentina al completar el Maratón de Sevilla en 2h26m54s, un registro que le valió la clasificación al Mundial de Eugene.
Además, en mayo se consagro campeona del Medio Maratón que se disputó en Torrevieja, España, luego de imponerse con un tiempo de 1h11m59s. “Son récords que ya venía mirando hace mucho tiempo. Me costó llegar, la verdad que fue duro, pero hoy por hoy es súper motivante tenerlos. No pensé que se me iba a dar”, sostiene.
La fondista es, sin dudas, la figura más destacada del atletismo nacional en los últimos años. Ella lo sabe y asume su rol como referente de la mejor manera. “La verdad que me lo han dicho muchas compañeras mías y rivales. Como que las motivo, las incentivo a ir por más simpre y eso me encanta. No lo busco, me sale natural y la idea es abrirle un poco el camino a la generación que viene”, señala.
Cerrando un año que la sorprendió hasta a ella misma, en el horizonte de Borelli aparece el gran objetivo y sueño personal que se le escapó por muy poco en Tokio 2020: participar de los Juegos Olímpicos cuando llegue la hora de París 2024. “Si clasifico a los próximos Juegos, me van a encontrar mucho más madura. Así que vamos a ir por eso”, confirma.
Hermanas a la par
Florencia Borelli comenzó a meterse en el mundo del atletismo a los 9 años de la mano de Leonardo Malgor, su entrenador de siempre. “Llevamos 20 años de matrimonio”, cuenta la marplatense, entre risas. Y agrega. “La relacion atleta-entrenador es un poco eso, con peleas, pero hacemos un gran equipo”.
Además del acompañamiento de su marido y de su hijo, que llegó a su vida en 2015, Florencia tiene un pilar en el que se apoya y corre a la par en su carrera profesional. Es su hermana Mariana, que también lleva el running en las venas y es una de las mejores argentinas en las pruebas de 800 y 1500 metros.
“Está buenisimo compartir la carrera deportiva con mi hermana. Entendemos perfectamente el hecho de que un día gana una y al otro día gana la otra. Nunca jamás nos peleamos por eso y está bueno rescatarlo. Vivir con ella los viajes y torneos importantes, para mí es maravilloso”, asegura.
Borelli supo reiventarse como atleta después de ser mamá, de los meses de parate por la pandemia y ante los desafíos que el deporte de alto rendimiento le presenta, como cada vez que tiene que dejar a su hijo para irse a una competencia. “A veces es más duro dejar todo acá que el mismo entrenamiento o correr”, dice la fondista, que quiere seguir pisando firme en el atletismo argentino.