El efectivo de la policía bonaerense Ezequiel Benítez fue condenado hoy a 21 años y 8 meses de prisión luego de que un jurado popular lo declarara culpable el miércoles pasado por matar en exceso del cumplimiento de sus funciones al joven Lucas Verón y por intentar asesinar a un amigo de la víctima en julio de 2020 en la localidad de González Catán. Además, el juez Gerardo Gayol del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de La Matanza le aplicó 4 años de cárcel a la policía Cintia Duarte, que llegó al juicio por jurados como coautora del homicidio de Verón en exceso del cumplimiento del deber. Es la primera vez que policías de La Matanza fueron condenados por un caso de gatillo fácil.
El fiscal del juicio, Sergio Antín, aseguró esta noche que “el pueblo es soberano y determinó que sucedió y que no”, al referirse a la decisión del jurado popular, y añadió que se encuentra satisfecho por las penas que recibieron los policías.
Al comenzar la audiencia, que se realizó a través de la aplicación Microsoft Teams, el magistrado pidió disculpas a los presentes ya que, si bien solo tenía que dar a conocer la pena, consideró que ha sido “una causa en extremo compleja” y eso fue el motivo que llevó a tener una demora de cinco horas en comenzar la lectura de la sentencia.
Cristian y Graciela, padres del joven asesinado, escucharon la decisión junto su familia con carteles que decían “Justicia por Lucas – A lxs Pibxs se lxs cuida” y una camiseta con la foto de su hijo. Al dar a conocer el monto de la pena sobre Duarte (28) y Benítez (28), quienes llegaron al debate en calidad de detenidos, los familiares gritaron “Lucas Verón, presente, ahora y siempre” y cerraron con un aplauso.
Gayol explicó que en el fallo no advirtió ninguno de los atenuantes que habían pedido las defensas oficiales, tales como la ausencia de antecedentes penales, la edad de Duarte o los hijos que tienen en común ambos acusados, a quienes criticó su “desprecio en el actuar”. El juez señaló que la “conducta” de los ahora condenados que “huyeron del lugar” o “engañaron a sus superiores” sobre el hecho ocurrido constituían un “potenciante de pena”.
De esta manera, Gayol condenó a 21 años y 8 meses de prisión a Benítez por ser “coautor de un homicidio en exceso del cumplimiento del deber” y “coautor de una tentativa de homicidio calificada” de Gonzalo Aguirre, todo ello en “concurso real”.
Mientras que a Duarte le aplicó la pena de 4 años de cárcel como “coautora de un homicidio en exceso del cumplimiento del deber”, tal como lo había decidido el jurado popular la semana pasada.
En diálogo con Télam, el fiscal Antín se refirió a las sentencias y a la actuación del jurado popular en el juicio y señaló que “el pueblo es soberano y determinó qué sucedió y qué no”, que “hay verdad en los hechos” y “no hay impunidad”.
“Por todo esto, estoy satisfecho. El monto de pena no empaña ni lo anterior ni el trabajo realizado. Esta es mi opinión siempre que el pueblo se pronuncia”, concluyó el fiscal.
En su alegato en la audiencia de cesura, Antín había solicitado 25 años para el expolicía y 4 para la mujer, y como agravantes valoró la utilización de un arma de fuego y la “nocturnidad”, ya que “eligieron el momento, casi como una celada”, aunque esto último fue descartado por el juez dado que sostuvo que ellos no eligieron el momento ya que esa era la hora de su trabajo.
Además, el representante del Ministerio Público afirmó que los disparos fueron realizados “en una zona densamente poblada” y Benítez no reparó en que también podría haber herido a “un vecino” que ocasionalmente se asomara, por lo que consideró que pudo haber habido más “víctimas”, situación que destacó como posible el magistrado en su fallo.
También se refirió a la “juventud de las víctimas” y que “cuatro ojos profesionales de la seguridad podrían haber evaluado la situación, pero no les importó”.
“No tener antecedentes penales no es un mérito porque eran policías y que tengan dos hijos menores no me quitan ni me agregan porque Lucas y Aguirre también lo eran”, indicó el fiscal, lo cual fue avalado por Gayol.
El veredicto de culpabilidad de los policías en este caso de violencia institucional cometido el 20 de julio de 2020, en pleno Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (Aspo) por la pandemia de coronavirus, fue dado a conocer el pasado miércoles al cabo de un maratónico juicio por jurados que había comenzado la mañana del día anterior en el Patio de las Américas de la UNLaM.
Si bien el fiscal de juicio y las querellas habían acusado a los policías por homicidio agravado y la tentativa de ese delito, que prevé la pena de prisión perpetua, para el jurado, en el caso de Verón, los policías actuaron excediendo sus funciones, por lo que la pena del delito es considerablemente menor.
El día del hecho Lucas cumplía 18 años y con su amigo Gonzalo se reunieron a festejar en la casa de Verón, tras lo cual salieron en moto a comprar gaseosas y alguna bebida energizante.
Como no había nada abierto por el aislamiento por el coronavirus, ambos regresaron a la casa de Lucas, pero en ese momento se encontraron con un patrullero con las sirenas y luces apagadas que, según el joven que sobrevivió, los “quiso chocar”.
“No nos dieron una orden de alto, nos asustamos y aceleró, era la primera vez que nos pasó algo así. Nos subimos a la vereda y el patrullero nos persiguió tirando cuatro tiros”, dijo Aguirre al declarar en el debate.
Según le explicó al jurado, primero hubo dos disparos y luego otros dos cuando cayeron de la moto. A raíz de ello, Lucas murió mientras que Gonzalo sobrevivió al ataque.