Al menos 900 personas murieron y cientos resultaron heridas tras un fuerte terremoto que sacudió este miércoles el este de Afganistán.
El sismo, de 6,1 de magnitud en la escala Richter, se produjo en una zona remota del país, cerca de la frontera con Pakistán, donde la población vive en condiciones muy precarias.
“Hasta el momento, según las informaciones que tenemos, al menos 920 personas murieron y 600 resultaron heridas”, informó en una rueda de prensa el viceministro de Desastres Naturales, Sharafuddin Muslim.
El balance de la tragedia fue subiendo con el correr de los minutos y el líder supremo del país, Hibatullah Akhundzada, advirtió que las cifras podrían ser todavía más elevadas.
El terremoto se produjo a 10 km de profundidad, cerca de la 01:30 del miércoles, en una zona de difícil acceso al este del país, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), que agregó que un segundo temblor de magnitud 4,5 sacudió casi el mismo lugar a la misma hora.
“Pedimos a las agencias de ayuda que proporcionen asistencia inmediata a las víctimas del terremoto para evitar un desastre humanitario”, instó en Twitter el viceportavoz del gobierno, Bilal Karimi.
Los terremotos son frecuentes en Afganistán, sobre todo en el macizo de Hindu Kush, a caballo entre Afganistán y Pakistán, que se encuentra en la unión de las placas tectónicas euroasiática e india.
Estas catástrofes pueden ser especialmente devastadoras, dada la precariedad de las viviendas afganas.
En octubre de 2015, un potente sismo de magnitud 7,5 sacudió las montañas de Hindu Kush, causando un total de más de 380 muertos en los dos países.
Desde la llegada de los talibanas al poder en agosto, Afganistán atraviesa una grave crisis financiera y humanitaria, provocada por el bloqueo de millones de haberes en el extranjero y la suspensión de la ayuda internacional, que sustentaba al país desde hacía dos décadas y que ahora llega con cuentagotas.