Una frase de Elisa Carrió volvió a agitar la interna en Juntos por el Cambio. Esta vez, al ratificar sus críticas hacia el diputado nacional libertario Javier Milei y señalar que, puesto como Presidente, “puede ser (Adolf) Hitler, o peor todavía, porque no tiene equilibrio emocional”. A modo de respuesta, el economista sostuvo que la referente de la Coalición Cívica “no soporta haber quedado reducida a una posición marginal en la consideración de la sociedad”.
“Carrió y una parte de Juntos por el Cambio apelan nuevamente a herramientas difamatorias con el objetivo de ensuciar a sus adversarios políticos. Lo hicieron durante las PASO 2021 desde una de sus listas y ahora lo hace una de sus referentes”, sostuvo Milei a través de un comunicado.
Carrió, entrevistada en Radio Mitre, indicó que el diputado libertario “sabe mucho de economía, pero no sabe de nada más”, al tiempo que afirmó que el problema es que “cuando la sociedad entra en ira, se enferma; y cuando se enferma vota enfermos, psicópatas”. “Su argumentación, el anarcocapitalismo, llega a lugares impensables desde lo humano, por ejemplo, cuando habla de la venta legal de órganos”, agregó.
En esta línea, advirtió que si Milei llega a presidente, “puede ser Hitler; es peor todavía, porque no tiene equilibrio emocional, no tiene templanza”.
“Ella no tolera su falta de protagonismo en los últimos tres años. No soporta haber quedado reducida a una posición marginal en la consideración de la sociedad. Quizás podría hacer alguna autocrítica, ya que durante 30 años ocupó cargos públicos y no hizo ningún aporte para que los argentinos vivamos mejor. Es parte del problema”, replicó Milei.
Una imagen de Javier Milei durante una charla en Colombia
Más allá de la respuesta del propio economista, los argumentos de Carrió fueron rechazados por dirigentes del ala más dura de Juntos por el Cambio, que en los últimos tiempos promovieron un acercamiento con el libertario. Uno de ellos, el diputado nacional Waldo Wollf.
“No Carrió. Lamento y repudio. Javier Milei, con quién me solidarizo, es un actor de la democracia y no coincidir con él no justifica esta expresión”, sostuvo a través de las redes sociales.
Más crítico se manifestó el diputado nacional por Neuquén Francisco Sánchez: “Estoy dentro de Juntos por el Cambio, pero me despego totalmente de los delirios que declara Carrió. No representa a nadie, se puso cada vez más marginal”.
No es la primera vez que la líder de la Coalición Cívica apunta contra el economista, que en los últimos días viajó a Colombia en medio de una interna por el armado político dentro de La Libertad Avanza a raíz de las declaraciones de Carlos Maslatón.
Javier Milei durante el acto que encabezó en El Porvenir (Gustavo Gavotti)
La semana pasada, en el marco de una conferencia de prensa, aseguró que votar en las elecciones presidenciales de 2023 a Milei implicaría “votar a un genocida”. ”Lo que dice él, que en realidad es anarcocapitalismo, de: ‘yo soy posesor de mi cuerpo y si quiero lo vendo’, es un genocidio. En consecuencia, quien lo esté votando, por más que sepa de números, de inflación, está votando un genocidio de pobres”, expresó en aquel momento.
A su vez, en aquel momento agregó: “El chico sabe muy bien de algo y del resto no sabe nada. Pero claro, cuando vos tenés ira, cuando vos votás por moda y por ira, podés votar un Hitler. Así votó Alemania y así votaron los judíos alemanes y terminaron en Auschwitz”.
La polémica explotó a principios de junio, cuando el libertario -durante una entrevista con el periodista Jorge Lanata- respaldó la comercialización de órganos al asegurar: “Es un mercado más, ¿por qué no puedo disponer de mi cuerpo?”.
“El problema es: ¿por qué todo lo tiene que estar regulando el Estado? Hay estudios hechos en Estados Unidos que demuestran que si vos dejaras esos mercados libres, funcionarían muchísimo mejor y tendrían menos problemas. Es una decisión de cada uno”, argumentó en aquel reportaje. Y añadió: “Mi primera propiedad es mi cuerpo. ¿Por qué no voy a poder disponer de mi cuerpo? ¿Acaso el Estado no dispone de mi cuerpo, cuando en realidad me roba más del 50% de lo que genero? O sea, hay un doble standard: para que el Estado me esclavice, entonces sí, pero si yo quiero disponer de una parte de mi cuerpo por el motivo que fuera, ¿cuál es el problema?”.