Los reguladores de la Unión Europea (UE) llegaron a un acuerdo para imponer la utilización del conector USB-C en todos los smartphones que se vendan dentro del bloque de países a partir de “otoño de 2024”, medida que ya venía siendo discutida y afectará sobretodo a Apple, que deberá reemplazar el sistema Lightning en sus iPhone por el nuevo estándar.
La normativa también afecta a otros 15 dispositivos como tabletas, cámaras digitales, altavoces portátiles, consolas portátiles, auriculares, notebooks (que antes no estaban incluidas) y lectores de libros electrónicos.
Los dispositivos ya existentes antes de la entrada en vigor estarán exentos de cumplir esta medida. En tanto, otros productos como monitores de actividad, relojes inteligentes o miniauriculares que por su tamaño no pueden incluirlo tampoco deberán adaptarse.
El Comité de la Protección del Mercado y los Consumidores (Imco) del Parlameto Europeo anunció el acuerdo este martes a través de un tuit, concluyendo así un debate que duró 13 años.
Apple viene defendiendo desde hace años el uso del conector Lightning, fundamentalmente en los diferentes modelos de teléfonos iPhone, ya que en otros productos como el iPad Air de 2022 o en sus portátiles la marca sí incluyó el USB-C.
Responsables del Parlamento Europeo explicaron en una rueda de prensa posterior al encuentro que la normativa buscará, entre otras cosas, reducir la cantidad de residuos electrónicos que se generan por la existencia de varios estándares de carga.
Incluso han hablado de la intención de que el cargador deje de ser incluido con los dispositivos de manera progresiva ya que, con un sistema de carga universal, los usuarios podrán contar con uno compatible entre diferentes dispositivos y no se verán forzados a cambiarlo.
Tras el verano, tanto el Parlamento como el Consejo de la UE tendrán que ratificar el acuerdo antes de que sea publicado en el EU Official Journal.
A partir de ahí comenzará a aplicarse tras 24 meses, lo que hará que hasta otoño de 2024 no entre en acción de forma definitiva.
Las computadoras portátiles también deberán cumplir con el fallo, pero los fabricantes tendrán 40 meses después de que entre en vigencia para realizar cambios.