Todo estaba preparado para dar una imagen de unidad, confraternidad y buenas maneras, pero la tensión interna no se pudo disimular… La mesa nacional de Juntos por el Cambio se reunió para debatir cómo debería ser el funcionamiento de las políticas sociales en un eventual nuevo gobierno de la alianza. Fue una suerte de puesta en común de lo que vienen trabajando los equipos técnicos del PRO, la UCR, la CC y el peronismo de Encuentro Republicano. Estuvieron Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Gerardo Morales, Gustavo Valdés, Miguel Pichetto y muchos otros. Pero el dato fue quien no estuvo: Mauricio Macri.
Insuflado por los discursos de ultraderecha, el expresidente viene insistiendo en que el PRO debe recuperar su identidad y tomar distancia del radicalismo. Morales, el titular de la UCR, no se la dejó pasar: “Hay Juntos por el Cambio con el radicalismo adentro, aunque a algunos les guste más o menos”. El otro dato de la jornada fue la coincidencia de los aliados en apuntar contras las organizaciones sociales.
A puertas cerradas, el encuentro tuvo lugar en un territorio clave para el peronismo como La Matanza. La discusión sobre las políticas sociales se abrió con la exposición de los distintos informes preparados por las fundaciones partidarias. Luego, los referentes de los distintos partidos tomaron la palabra. Además de los mencionados, estuvieron Diego Santilli, Cristian Ritondo, Luis Naidenoff, Maximiliano Ferraro, Omar de Marchi, Joaquín de la Torre, Alejandro Finocchiaro y Ramón Puerta, entre otros.
El enemigo
Hubo un documento final. Allí, señalaron que “la pobreza en nuestro país alcanza a 17,2 millones de personas (un 37 por ciento de la población), de las cuales 3,8 millones están en situación de indigencia (un 8 por ciento), afectando particularmente a más de 5,7 millones de niños y niñas”. Agregaron que “el gasto en promoción y asistencia social” representa “un 5,2 por ciento del gasto total y un 1,2 por ciento del PBI”, a través de dos grandes líneas: el programa Potenciar Trabajo y las prestaciones alimentarias.
El documento de JxC indica que “la ejecución de estas líneas presenta hoy dos grandes obstáculos en torno al objetivo de terminar con la pobreza: por un lado, la implementación de forma intermediada, particularmente para la línea Potenciar Trabajo, y por otro, la superposición y dispersión de programas y competencias cuando se trata de transferencias alimentarias”. Por eso, la conclusión es que “el Estado debe volver a tomar la dirección de la política social de manera directa. Sin intermediación, terminando el clientelismo político y estando al servicio del desarrollo integral de cada persona”. Es decir, lo que se propone la alianza opositora es quitar del medio a las organizaciones sociales, a las que hacen responsables de la crisis socioeconómica.
“Tiene que haber un rediseño de las políticas sociales, que las universalice y que construya ciudadanía”, dijo al terminar la reunión el radical Morales. El gobernador de Jujuy consideró que los planes sociales deben ser manejados “por un Estado presente” y llamó a “terminar con la intermediación que tanto daño ha hecho a mucha gente, especialmente a los sectores más vulnerables”.
La otra vocera del encuentro fue Bullrich, la presidenta del PRO. “La política social de Argentina fracasó, porque cada vez hay más plata y más pobres”, aseguró. “Se necesita un cambio total”, “una política de inclusión verdadera” y que “se termine con la intermediación en los planes”. Y concluyó: “Hoy Juntos por el Cambio se comprometió a un cambio profundo, para que las personas puedan progresar y no mantenerse con un plan social”.
Mauricio Macri, el gran ausente
Aunque algunos quisieron presentar la ausencia de Macri como un intento de pacificar la interna, las declaraciones posteriores dejaron claro que la pulseada por definir un equilibrio de fuerzas para 2023 está en plena disputa. El expresidente alienta a su partido, el PRO, a recuperar sus ideas originales y alejarse de los lineamientos de la UCR. Obviamente, esa definición choca con los intereses de los correligionarios, que aspiran a mejorar el posicionamiento del partido en la alianza.
Sobre la ausencia de Macri en el encuentro, Morales dijo que no tenía “ningún problema” con el exmandatario, pero fue tajante: “Hay Juntos por el Cambio con el radicalismo adentro, aunque a algunos les guste más o menos”. Y remarcó: “Tenemos que terminar con la grieta, con la pelea entre nosotros y nos tenemos que autointerpelar”, dijo.
Rodríguez Larreta y Pichetto intentaron obviar la tensión entre el PRO y la UCR y destacaron la necesidad de fortalecer la coalición para ganar las elecciones el año que viene. El jefe del gobierno porteño dijo que JxC tiene que llegar a 2023 “con un plan de gobierno, porque vamos a ganar”. Y el referente del peronismo republicano sostuvo que “si nos mantenemos unidos y no hacemos ninguna tontería, seremos gobierno en Argentina”.