El último baile de la Selección y de Messi tuvo música triunfal. Con autoridad pero sin el vuelo de otras noches mucho más inspiradas, Argentina derrotó 1 a 0 a Perú en una Bombonera repleta y, con 25 puntos, cerró el año en lo más alto de la tabla de las Eliminatorias Sudamericanas para quedar a un paso de sellar el pasaporte para el Mundial tripartito de 2026. Lautaro Martínez a los nueve minutos del segundo tiempo marcó con una tijera espectacular de zurda, el único gol de la noche y ratificó su condición de goleador implacable: hizo once en 16 partidos y fue el máximo artillero de la temporada en la Selección.
Mas allá de los altibajos lógicos en el año y en el partido mismo, quedó claro que no hay que tirar la Selección por la ventana ni empezar todo de nuevo. Y que la renovación de la que se vino hablando en los últimos días no debería ir más allá de potenciar algunos puestos y darle mayor rodaje a algunas promesas que vienen despuntando. El equipo no se está cayendo a pedazos ni hay señales de estancamiento. Se perdieron dos partidos de visitante, ante Colombia y Paraguay, que hubiera sido mejor que no se perdieran pero que estaban dentro de los cálculos. Pero la mística, el orgullo y el fútbol de los campeones del mundo y bicampeones de América está intacto. Al igual que la relación privilegiada con la gente. La Selección sigue uniendo lo que todo lo demás desune. Y con ese equipaje y con algunos retoques mínimos habrá que encarar la temporada 2025.
De todos modos, no fue bueno el primer tiempo de los argentinos. Perú se desentendió de la pelota y el arco de “Dibu” Martínez y esperó con mucha gente en su campo. Y a la Selección le costó llegar. Movió la pelota hacia los costados sin profundizar casi nunca, no encontró espacios por donde pasar, no tuvo explosión y se limitó a una tenencia improductiva y espesa que durmió el espectáculo.
Cuando Messi pasa a jugar al lado de Enzo Fernández o Mac Allister es porque no le llega juego ni puede conectar con Lautaro Martínez. Y exactamente eso fue lo que le sucedió al equipo de Lionel Scaloni.
Lo más peligroso sucedió a los 21 minutos cuando un derechazo de Julián Alvarez dio en el poste derecho del arco de Gallese. Poco después, Mac Allister picó al vacío y su cabezazo salió afuera. Y a los 37, Enzo Fernández colocó un pase en diagonal a la entrada de Montiel que no pudo enganchar la pelota de taco. Si la Argentina produjo poco en ataque, Perú directamente no generó nada. Por eso, el primer tiempo pasó de largo sin despertar emociones.
Debieron aparecer Messi entrando por la izquierda y Lautaro Martínez que conectó el centro del capitán con una espectacular tijera de zurda para marcar el único gol argentino y romper la monotonía de la noche. Y casi que después no pasó mas nada, La Selección siguió moviendo la pelota de pie a pie a la espera de que los peruanos salieran. Pero los peruanos no salieron. Vinieron a perder por poco y consiguieron su objetivo. Por algo el Mundial les queda cada vez más lejos.
Ni siquiera los cambios que hizo Scaloni sacudieron la modorra. Nunca corrió peligro el triunfo argentino. Y el 1 a 0 final cerró otro año inmejorable en el que se retuvo la Copa América y casi que se aseguró el pasaje a la Copa del Mundo. En 2025 esta historia continuará. Con algunos ajustes. Pero ojalá que con la misma gloria que hasta ahora.