La basura es eso que “se saca” y no solo “se saca” de las casas a los contenedores, sino también de los límites de las ciudades. A los residuos se los manda desde siempre “afuera”, si puede ser más allá de las ciudades que los producen, mejor. Terminar con esa invisibilización para repensar las políticas públicas sobre el destino de los desechos que las urbes producen, sobre todo en los grandes centros urbanos como Rosario, es uno de los objetivos de Mapa Trash, un proyecto que pone en el mapa de todo el país y geolocaliza basurales a cielo abierto, rellenos sanitarios y plantas de tratamiento de residuos sólidos urbanos, además de composteras comunitarias y cooperativas y centros de reciclaje. Aunque aún está en construcción, la iniciativa del sitio Escritura Crónica ya está accesible en línea y este lunes se presentó en Rosario.
“Trash. El camino de la basura” fue el primer documental interactivo sobre los residuos en la Argentina y de algún modo, la génesis del mapa que Agustina Grasso, periodista ambiental, realizadora e integrante de Escritura Crónica presentó en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa en el marco del ciclo de Ecología y junto al Taller Ecologista.
“Fue a partir de ahí que la gente empezó a preguntar qué pasaba con la basura en sus ciudades y se generaron inquietudes que nos llevaron hacer, a partir de la investigación para el documental que tiene diez años de trabajo, una herramienta como el mapa que intenta ser además una herramienta para las personas y las mismas van colaborando en su construcción a partir del envío de mucha información”, contó Grasso a La Capital.
También una herramienta de presión
Si bien se trata de información de acceso público, hasta ahora no estaba construida una herramienta de mapeo de este tipo que concentre en detalle no solo de basurales a cielo abierto, rellenos sanitarios y plantas de tratamiento de residuos sólidos urbanos, sino además de los proyectos que buscan llevar soluciones al problema del tratamiento de los residuos, como son en muchas ciudades las composteras comunitarias y cooperativas y centros de reciclaje.
Grasso estimó que a nivel nacional son unos 200 “los basurales más problemáticos” y las imágenes satelitales muestran que la mayoría están cercanos a cauces de agua, rutas (tapan la visibilidad con las humaredas e implican un peligro vial) e incluso poblaciones.
“Hay una idea que es cultural y es la de llevar la basura lejos, pero eso además de los problemas que conlleva en sí mismos, genera una ignorancia ambiental que hace que la gente tenga grandes confusiones, como seguir pensando que la basura aún se quema”, continuó.
Así, el mapa busca ser una herramienta informativa y un lugar donde se pueda encontrar soluciones y cambiar hábitos: además de los basurales se puntualizan las cooperativas de reciclado y los sitios donde funcionan composteras comunitarias.
Con todo eso, Mapa Trash no deja de ser en un elemento más que “permita empujar políticas públicas”, indicó la periodista y agregó: “En materia ambiental la información no siempre es clara y solo desde la información y el dato duro, se puede ejercer ese tipo de presión”.
La basura en el escenario local
Mirko Moskat es referente del Taller Ecologista y trabaja sobre la problemática de los residuos. En el caso de Rosario, afirma que los basurales a cielo abierto y rellenos sanitarios que existen en la región no escapan de las características de las de los centros urbanos del resto del país.
“El basural de Villa Gobernador que fue saneado y reconvertido, como se señala en el mapa, estaba a orillas del Saladillo; el de Pérez está atravesado por el Arroyo Ludueña y si bien el de Ricardone no está tan cerca de un curso de agua, tiene canales en los campos que lo rodean que terminan en el Canal Ibarlucea y de ahí en el Ludueña, con el riesgo que implica que los líquidos de estos lugares lleguen a los cursos de agua“, explicó.
Pero además recalcó la histórica decisión de “sacar” de los límites de la ciudad la basura, “algo que además como en muchos lugares del país provoca lo que se llama injustica ambiental y es que otras poblaciones tienen que soportar el impacto de los residuos que no generan”.
“En Rosario y la región la mayoría de los residuos producidos terminan en rellenos sanitarios y basurales, incluso desde hace 19 años Rosario envía casi todos sus residuos al relleno de Ricardone, una enorme montaña de basura”, señalan desde el Taller Ecologista, volviendo a remarcar el fracaso de la ordenanza Basura Cero, sancionada en 2008.
“Hoy la ciudad entierra más que residuos que en aquel momento”, recalcaron, señalando un escenario que incluso a nivel metropolitano es “desalentador” y así lo dejó asentado el Ente de Coordinación Metropolitana de Rosario (Ecom) en su último informe, donde deja remarcadas las limitaciones de las políticas de reciclaje que también aparecen en el mapeo nacional.
“Hay muy poco y muy concentrado en la periferia de la ciudad”, señaló Moskat y agregó que “deberían poder pensarse en estrategias de tratamiento de residuos más descentralizadas y en toda la ciudad, en centros de clasificación y pequeñas plantas de composta, todo lo contrario a la lógica centralizadora de la gestión”.